Dice Mario Suárez del Fueyo, portavoz de la marca blanca de Podemos en el Ayuntamiento de Gijón, que entre su partido y el equipo de gobierno, su afín equidistante, existe "un socavón casi imposible de saltar". Queda un año para las elecciones municipales y conviene a los partidos contendientes resituarse y rearmar su ideología, para no confundir a unas bases con frecuencia confundidas. O sea, que queda aparcado "sine die" el baile de la yenka: que izquierda es izquierda, y derecha, derecha. Y devuélveme el rosario de mi madre.
Si hay socavón es porque antes hubo tierra firme; si existe distanciamiento, por lógica con anterioridad tuvo que haber cercanía. Esa evidencia la reconoce todo Gijón excepto los afectados, que han pretendido disimular una cordialidad apenas furtiva. En ocasiones, foristas y podemistas han ido tan de la mano que hubo quien, en el salón de plenos, se vio tentado de vocearles el nupcial "que se besen".
Visto con la perspectiva de tres años de mandato, habría que poner en la balanza municipal qué ha alcanzado mayor peso, si la "podemización" de Foro o el "amoriyonamiento" de Podemos. A juicio del analista, quienes han obtenido más rédito político del emparejamiento sorprendente han sido la Alcaldesa y su grupo, que han ido capeando el temporal con inusitada destreza. Que se sepa, la militancia de Foro no ha sido crítica con el pragmatismo de Moriyón. Más bien al contrario, los que pretenden auparla a la candidatura regional destacan su capacidad de entenderse con contrarios bien dispares. Sin embargo, la militancia podemista sí ha criticado con frecuencia esa mano tendida. Y a ver ahora adónde van a por votos para tapar el socavón.
