Llanes, Daniel BÁRBARA

Un grupo de vecinas de Pendueles (Llanes) denunció ayer el estado ruinoso en el que se encuentra el centro parroquial del lugar, situado junto a la iglesia y el parque infantil de la localidad llanisca. «El inmueble se encuentra en ruinas y las ventanas se pueden desprender sobre el camino de acceso a la iglesia y al parque infantil», aseguraron las denunciantes. Las lugareñas pusieron los hechos en conocimiento del alcalde pedáneo y la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento, Sonia García, quienes «nos trasladaron que el inmueble es competencia de la Iglesia». En cambio, el párroco del lugar, según las denunciantes, indicó que el inmueble fue cedido al Ayuntamiento. Ante el riesgo evidente de desprendimientos, María Covadonga Ibáñez, vecina de Pendueles, presentó el pasado día 2 un escrito en el Ayuntamiento en el que dejó constancia de la situación del inmueble. «El párroco ya presentó dos denuncias ante la Guardia Civil sobre el estado del inmueble», puntualizaron las vecinas. El Arzobispado de Oviedo cedió en su día el uso del inmueble al Ayuntamiento de Llanes, con el fin de rehabilitarlo primero, y destinarlo, más tarde, a un albergue de peregrinos del Camino de Santiago.

«Firmamos un convenio con el Arzobispado para uso de los peregrinos y otro con el Principado para proceder a su rehabilitación», indicó el vicealcalde de Llanes, el socialista José Balmori. El edil, quien aseguró que son las primeras noticias que recibe sobre la situación del inmueble, aseguró que «de inmediato se tomarán medidas para evitar males mayores».

El grupo de vecinas de Pendueles denunció que algunas guías de peregrinos del Camino de Santiago incluyen el centro parroquial de Pendueles como un albergue con una capacidad de 40 plazas. «Algunos peregrinos llegan con la idea de pasar la noche en el supuesto albergue de Pendueles y se encuentran un inmueble en ruinas», aseguraron. El último caso sucedió el pasado sábado, cuando un peregrino con problemas físicos acudió al albergue de Pendueles. Cuando comprobó que no podría pasar la noche, el hombre se echó a llorar, recordaron las lugareñas.