Desde que Miguel Ángel Revilla alcanzó el poder en Cantabria se oyen con insistencia críticas y hasta risas burlonas por sus modos y maneras de actuar y sus frecuentes «shows». Colaborador habitual -una vez al mes- del programa «Buenafuente» de La Sexta, el presidente de Cantabria es capaz de cantar una asturianada en público -lo hizo en Ribadesella- o de calzarse «unes madreñes». Y tiene en su despacho una colección de «lloqueros» y otra de «cayaos». Su mayor sueño es marcarse una tonada en el centro del campo de El Molinón, en Gijón, y ha declarado públicamente su amor por los colores del Sporting, su segundo equipo, después del Racing. Encima asegura siempre que se siente asturiano. Pero es que, además, en buena parte de la comarca oriental de Asturias vemos la TDT gracias a su Gobierno, que ha hecho los deberes mucho más rápido que otros que yo me sé (y no miro pa nadie). Así que ni el de la ceja, ni el gallego de los «hilitos», ni el que va delante de la «Pita Pinta»... ¡Revilla for president!