Ribadesella, Bárbara MORÁN

Ribadesella se enfrenta a su primer fin de semana con la ordenanza contra el «botellón» en vigor. Quienes decidan salir a disfrutar de la noche riosellana deben saber que el comportamiento incívico, como romper el mobiliario urbano o armar escándalo, es motivo de multa. Beber en la calle también está prohibido. Los jóvenes de Ribadesella, representados oficialmente en el Conseyu de la Mocedá, quieren esperar a ver cómo funciona la ordenanza. Ayer, el colectivo se mostró prudente y subrayó que aún es pronto para opinar. «Preferimos esperar y dar un voto de confianza. Se necesita un margen de tiempo para ver qué sucede», resaltaron.

El reglamento entró en vigor el miércoles y durante estas últimas noches no se celebró ningún «botellón» en L'Atalaya, aunque no debe ser como consecuencia de la norma, ya que durante estos días aún no hay muchos turistas y las fiestas en el parque infantil se centran más en el mes de agosto, cuando Ribadesella llega a triplicar su población habitual.

Lo recordaban ayer desde el Conseyu de la Mocedá: «Si se triplica la población es normal que se hagan fiestas y se produzca más ruido. No ocurre sólo en la villa, en los pueblos con segundas residencias las fiestas nocturnas son míticas y habituales en verano». Los representantes del colectivo creen que será «muy difícil» erradicar el «botellón» y resaltaron que este fenómeno juvenil sólo se produce en verano. «En invierno no se ha producido ni un solo incidente y en la época estival, ya se sabe, cuanta más gente, más posibilidades de que se produzcan escándalos», defendieron los jóvenes.

El Conseyu de la Mocedá aprovechó para instar a los detractores del «botellón» a la reflexión: «Es verano y hay el triple de gente. El ruido, por tanto, es lógico, algo que cae de cajón. Que reflexionen quienes abogan y dicen que ocurre siempre, porque en invierno, de diciembre a mayo, todo está tranquilo», defendió el colectivo.

Los jóvenes valorarán el resultado de la puesta en marcha de la nueva norma, cuyo nombre oficial es «Ordenanza municipal reguladora de la convivencia y del ocio en espacios públicos», para entrar más a fondo sobre el éxito o el fracaso de la misma o, incluso, la necesidad de su puesta en vigor.

Para lo que no hay que esperar es para saber que la Policía Local de Ribadesella ya trabaja por las noches y que la Guardia Civil apoyará al Ayuntamiento para lograr el fiel y riguroso cumplimiento del articulado de esta ordenanza, pionera en Asturias.

Habrá multas para quienes no respeten las normas de convivencia. Así, los que decidan poner el equipo de música de sus coches a todo volumen, una situación que era habitual durante los «botellones» en el parque infantil de L'Atalaya, o los que decidan destrozar el mobiliario urbano se enfrentarán a sanciones que irán desde los 50 hasta los 1.500 euros, en función de la gravedad de las faltas.