Posada (Llanes),

Bárbara MORÁN

Lidia Patiño Oves, María Matilde Rodríguez, Alicia Pérez Crespo y Ramón Luis Fernández son cuatro de los treinta y dos llaniscos que desde ayer vieron cumplido uno de sus sueños: tener casa propia. Un deseo al que aspiraban 114 solicitantes. Una vez más, la oferta de viviendas de promoción pública volvió a estar muy por debajo de la demanda. Ayer se celebró en el Centro Cívico de Posada de Llanes el sorteo de estas treinta y dos viviendas de protección. Veintisiete ubicadas en Posada y otras cinco repartidas por el municipio.

Una larga cola de solicitantes aguardaba ya media hora antes del sorteo a las puertas del Centro Cívico. El nerviosismo y la emoción eran palpables entre todos los solicitantes, que llevaban en sus manos, como «oro en paño», el número que les podía abrir las puertas de su nueva vivienda.

Presidiendo el sorteo estaban la alcaldesa de Llanes, Dolores Álvarez Campillo, y el director general de Vivienda, Manuel González Orviz, entre otros técnicos y políticos locales y regionales. La presencia de numeroso público dio pie a los dirigentes políticos para anunciar la próxima ejecución de más viviendas de promoción pública. Serán en torno a treinta pisos que se construirán en las inmediaciones de las recién sorteadas, en la localidad de Posada.

«El Ayuntamiento nos cederá los terrenos y esperamos licitar las obras este año», explicó Orviz, al mismo tiempo que aprovechó para recordar que con la incorporación de su partido, IU, al Gobierno regional se está intentando garantizar «el acceso a la vivienda a los ciudadanos. Hemos promovido diez mil pisos de promoción pública en toda la región», defendió el mandatario de Vivienda. Las casas que ayer se sortearon en Posada son de protección pública, un hecho que se traduce en que las rentas de alquiler que pagarán sus inquilinos nunca superarán el 20 por ciento de sus ingresos mensuales.

Tras la «campaña» política de PSOE e IU, llegó el sorteo, el momento más esperado desde hace meses para las 114 personas que aspiraban a lograr una vivienda protegida. Aplausos, lágrimas de alegría, algunas caras de decepción y muchos abrazos se repitieron una y otra vez en la sala según se iban conociendo los números agraciados. Y detrás cada número, una historia de una familia con pocos recursos, que veía cumplido su sueño tras esperar impaciente escuchar su número en el sorteo.

Lidia Patiño, de 27 años, tiene tres hijos pequeños. Está en el paro. Dicen que a la tercera va la vencida, y para esta joven el dicho se cumplió, ya que después de intentar en tres ocasiones hacerse con una vivienda de este tipo, ayer lo consiguió. La joven llanisca no pudo evitar llorar de alegría. «Necesitaba mucho esta vivienda, estoy feliz», confesó la adjudicataria mientras recibía las felicitaciones de otros solicitantes. María Matilde Rodríguez tiene 74 años y fue otra de las agraciadas. Su retiro es bajo y vive actualmente de alquiler. A pesar de sufrir artrosis en la cadera y caminar con dificultad no quiso perderse el sorteo. Se la veía radiante tras conseguir «su» casa.

Éstas son sólo dos de las decenas de historias de familias monoparentales, personas mayores y jóvenes que aspiraban a una vivienda. Los inquilinos de estos pisos podrán mudarse a sus nuevos hogares en el mes de marzo.