Llegó el día. Ribadesella tendrá hoy, por fin, el anhelado Museo de Tito Bustillo, que, por obra y gracia de las autoridades de turno, se ha quedado en simple Centro de Arte Rupestre. Los 15 millones de euros que demandaron en su día el Ayuntamiento y los vecinos, y que comprometió Francisco Álvarez-Cascos durante su etapa como ministro de Fomento, han menguado hasta los 6,17 millones en que se adjudicó la obra. Dije hace tres años, y repito ahora, que esos 6,17 millones son la mitad de lo prometido (el Principado empezó ofreciendo 12 millones) y la mitad de la mitad de lo debido. Los políticos, que todo lo miden en función del voto, no han entendido nunca la verdadera importancia de Tito Bustillo, yacimiento de relevancia mundial. Así que actuaron en todo momento arrastrados por los vecinos, verdaderos protagonistas de la aventura que hoy termina (o empieza). Ese edificio es obra de los ciudadanos, que lo exigieron, lo pelearon, lo consiguieron y lo pagaron. Muchas gracias.