Presidente del hogar del jubilado «El Sueve», de Parres

Arriondas,

Patricia MARTÍNEZ

Manuel Vicente Montoto lleva nueve años al frente de la asociación de jubilados «El Sueve» de Parres, en la que primero ejerció unos dos años como secretario. El colectivo celebra elecciones bianuales y el pasado sábado fueron las últimas, a las que sólo concurrió su candidatura. Estos días ha estado haciendo la cuenta y sabe, con precisión, que cuentan con 357 socios, con una prioridad: la ampliación del Centro Polivalente de Recursos de Parres para que les cedan un local mayor.

-¿Cuál es la edad media en la asociación?

-Es de 75 años, 74 en las mujeres y 76 en los hombres. Aunque la esperanza media de vida ahora es de más años, la asociación es bastante mayor. Hay muy poca juventud y se comporta de manera diferente a otros centros. Aquí, de 60 años y, sobre todo, de menos hay pocos. Según mi opinión, lo consideran ya de la tercera edad y eso es un obstáculo, digamos.

-¿Con qué otras asociaciones de jubilados la compara?

-Sé que en la de Nava el 45 por ciento son jóvenes, de 45 y 50 años. Aquí no, aquí tendremos unos diez menores de 60 años.

-¿Qué actividades tienen?

-Hacemos cinco comidas con baile, bailes y cinco excursiones al año. Después, las actividades que hay aquí, juegos, curso de manualidades, de terapia de la memoria y otro en un balneario en el que hacen ejercicios terapéuticos.

-¿Participa más gente de la villa o de los pueblos?

-A jugar viene más gente de la villa. Ahora cuando se trata de un baile, una excursión o una comida, entonces se reparten, vienen de ambos lugares. La gente de los pueblos también participa.

-Ustedes demandaban la ampliación del centro para conseguir un local mayor. ¿Cómo de necesario lo ven?

-Es muy necesario porque el local del que disponemos es pequeño, no es el más apropiado porque no es cuadrado, es rectangular. Si vienen muchos socios al baile, por ejemplo, se llena enseguida.

-También hay demanda para alojarse en la parte residencial, ¿sabe de muchos casos?

-Creo que hay bastante gente esperando. Sobre todo de aquí, del concejo de Parres.

-Esta obra está pendiente de presupuesto y las de Lastres y Ribadesella están paralizadas por la situación financiera de las empresas adjudicatarias, ¿La crisis está afectando a las infraestructuras de los mayores?

-Se está reduciendo la posibilidad de los mayores para meterse en esos sitios cuando en realidad lo necesitan. Sobre todo en una población en la que, como dicen -porque yo ya me considero incluído- dominamos los viejos. Creo que el gobierno debería mirar un poco más por los viejos, aunque sin desatender a los jóvenes.

-¿Qué más necesitan los mayores en Parres?

-Estamos contentos con las subvenciones que nos dan para hacer las actividades y lo único es el local. El local es lo principal. Tener un local donde los socios estén contentos.

-¿Tiene la sensación de que los mayores se han convertido en respaldo económico de hijos y demás familiares?

-Sí, los viejos, con esto de la crisis, en muchas ocasiones son respaldo de los hijos. Porque los ayudan. Sobre todo con la cantidad de paro que hay se ven obligados a ayudarlos dentro de sus posibilidades y, en lugar de emanciparse, el joven pasa a vivir con sus padres para no tener que pagar una renta o una hipoteca para comprar un piso.

-¿Cómo ve la asociación el cambio generacional que ha hecho que, si hace dos décadas los mayores se quedaban con sus familias, ahora muchos vayan a una residencia?

-Los tiempos cambian. Yo siempre vi mal que unos hijos mandaran a sus padres a una residencia cuando los padres no hicieron lo mismo con ellos cuando eran jóvenes. Pero, claro, hoy, una familia con el trabajo del hombre ya no vive prácticamente, quiere tener más comodidades y vivir mejor, como es natural. Entonces, en lugar de trabajar el hombre sólo, trabajan los dos. Es natural que una persona mayor que ya no se arregla por su cuenta la tengan que meter en estos centros.