Cangas de Onís,

Ramón DÍAZ

El parque nacional de los Picos de Europa es el segundo peor valorado por la población local de los catorce que integran la red estatal, sólo por delante del de Sierra Nevada, según las conclusiones del trabajo «La red de parques nacionales en la sociedad. Estudio explicativo sobre la percepción social de la red de parques nacionales». El informe sociológico, basado en más de 5.000 entrevistas realizadas entre 2007 y 2010, destaca que el 87 por ciento de la población local otorga una valoración «buena» o «muy buena» al hecho de que sus municipios aporten superficie a un parque nacional. Las peores notas se las llevan Sierra Nevada, donde «sólo» un 72 por ciento de la población ve bien o muy bien su pertenencia al parque, y los Picos de Europa, donde ese porcentaje sube hasta el 78 por ciento. Los demás parques superan el 80 por ciento de aceptación. El 17 ciento de la población del entorno de los Picos ve «regular», «mal» o «muy mal» la existencia del parque nacional.

Atendiendo a criterios demográficos, el estudio demuestra que la población más joven, de entre 16 y 29 años, tiene una valoración «muy positiva» de los parques nacionales, mejor que en edades más maduras. Los mayores de 65 años tienen una visión mayoritariamente negativa de los parques nacionales, algo que se constata de manera especial en los Picos de Europa. El estudio interpreta que la declaración de un parque nacional genera «cierto desapego, por la sensación de arrebato de un territorio que era de la población y en el que actualmente se ha regulado su uso».

Los autores del trabajo intentan explicar por qué el rechazo al parque nacional es superior en Sierra Nevada y los Picos. Si bien existe en el entorno de todos los parques nacionales un sentimiento de «orgullo generalizado, ligado al arraigo general con el territorio», los casos en los que se observa rechazo, desapego o disconformidad se deben a que el parque es visto «como algo ajeno, gestionado para disfrute del forastero, sin que esto reporte beneficios a los municipios del entorno». Otra razón: existen también algunos parques, como el de los Picos de Europa, en los que los aprovechamientos agrarios o ganaderos tienen todavía «cierta presencia en su entorno», lo que favorece que se perciban «con más intensidad las limitaciones de uso».

Esta circunstancia es especialmente patente en los Picos de Europa: el 35 por ciento de la población local considera «excesivas» las limitaciones establecidas por la normativa del parque nacional. Es el porcentaje más alto de toda la red estatal, muy por delante del resto de los parques nacionales, ya que el segundo puesto en este ranking lo ocupa Sierra Nevada, donde «sólo» el 26 por ciento de la población local juzga «excesivas» las restricciones, y el tercero Doñana, donde es el 25 por ciento de los habitantes del entorno el que muestra su descontento por las limitaciones. La media de la red de parques está muy por debajo: sólo el 14 por ciento de la población local protesta por las restricciones que supone la normativa ambiental.

En general, en la red de parques existe un «escaso conocimiento» de las ayudas destinadas a las áreas de influencia socioeconómica de los parques (en el caso de los Picos asturianos, los municipios de Amieva, Cangas, Cabrales, Onís y Peñamellera Baja). Ello a pesar de que el sector primario es el más favorecido por las ayudas, por delante del sector turístico. Sin embargo, el de los Picos de Europa destaca en este aspecto justo por lo contrario, por el alto conocimiento del programa de subvenciones por parte de la población local: el 38 por ciento de los vecinos aseguran conocer las ayudas (sólo Ordesa supera por un punto ese porcentaje), cuando la media de la red de parques se sitúa en el 10 por ciento.

El estudio sociológico destaca que los Picos es el único parque nacional español integrado por más de una comunidad autónoma; en este caso tres: Cantabria, Asturias y Castilla y León. Y, pese a que el parque es gestionado de forma conjunta, los habitantes de las zonas cántabra y leonesa «no muestran una identificación tan marcada como la que se puede observar en la parte asturiana». Los expertos siempre han achacado esta circunstancia a que el de los Picos de Europa surgió por ampliación del primitivo parque nacional de la montaña de Covadonga, creado en 1918 e integrado mayoritariamente por terrenos de Asturias (sólo tenía una pequeña zona del municipio de Posada de Valdeón, en León). Y Asturias siempre capitaneó el Parque, incluso después de la ampliación, en el año 1995. Un ejemplo: las sedes del parque de los Picos han estado hasta hace poco más de un año en Cangas de Onís y Oviedo.