Escritora puertorriqueña

Arriondas,

P. MARTÍNEZ

Tina Casanova nació en Ciales (Puerto Rico) y, después de trabajar como administrativa durante 17 años, publicó su primera novela, «Sambirón», en la que narra 150 años de la historia de su país. Es una visitante asidua de Parres, donde colabora, a través de los libros, con el colegio Río Sella. En 2011 escribió «Truchín del Sella», inspirado en las inundaciones de 2010. -¿Cómo nació su vínculo con Asturias?

-Fue a través de un sobrino que está casado con la hija de un asturiano de Fíos, en Parres.

-En esta localidad se desarrolla su libro «Donde dos ríos se unen», una historia sobre la inmigración asturiana. ¿Qué quería contar al lector puertorriqueño?

-La idea es que conozca que el inmigrante tiene una historia muy triste, de desarraigo, de soledad, de trabajo forzado, de aspiraciones, de sueños y de progreso. Tenemos mucho inmigrante en Puerto Rico, pero también ha sido un país de emigración a Estados Unidos, quería crear una conciencia de tolerancia con el inmigrante que no hay, existe mucha xenofobia.

-¿Dónde vende más libros, en España o en Puerto Rico?

-En Puerto Rico. Si consiguiera un editor que pudiera editarlos aquí podría, pero el costo de traer los libros desde Puerto Rico es prohibitivo. Sale a diez dólares por libro el embarque y esto encarece mucho el precio. Mi clamor es tener un editor en España, aunque mi editor allí es de Madrid.

-¿Han despertado sus libros curiosidad en su país por conocer las localizaciones asturianas?

-¡Sí! Incluso hay un grupo de cuatro puertoriqueños ahora en Asturias y en julio viene otro grupo como de siete, que están visitando otros lugares pero quieren recalar aquí porque quieren conocerlo.

-¿Quedan vínculos en Puerto Rico con Asturias?

-Sí, hay unos lazos bien fuertes con asturianos. Allí es muy conocido Manuel Fernández Juncos, el escritor y político nacido en Ribadesella, autor del himno que se canta ahora en Puerto Rico. Es una persona muy reconocida, hay avenidas en la capital que llevan su nombre.

-Cada año dedica un cuento a los niños del colegio Río Sella, ¿se aprende mejor así?

-Sí, yo les digo a los niños que, si tú lees, viajas, conoces... cuando tú lees, te estás haciendo. En las cárceles, cuando los presos abren un libro, salen de las rejas de la prisión, es un mundo para ellos. Cuando tú conoces la riqueza de un libro, te da pena que los chicos no entiendan eso por el mal ejemplo de los adultos. En algún punto de la historia de la humanidad ha habido una ruptura de la costumbre de leer en familia.

-El libro compite con otros muchos reclamos, ¿cómo puede destacar?

-La idea que tenemos mi marido y yo en el proyecto «Ambos por la niñez» es que el libro puede ser activo. Dramatizamos libros, tratamos de hacer algo diferente, para que los padres lo entiendan y lo hagan también. Es una misión difícil, pero la hemos abrazado.

-Fue pregonera de las fiestas del Bollu en La Peruyal, en Parres, y este año lo será en Nuestra Señora del Rosario, en San Martín del Rey Aurelio. ¿Cómo fue?

-Fui la primera extranjera que da ba el pregón en La Peruyal. Me sentí honrada y un poco asustada, pero el pregón le encantó a la gente, salio del corazón, de la realidad de mi experiencia aquí. Como estuve cuatro años haciendo el estudio de investigación para la novela, conocí mucho el sitio y conocer un sitio es parte de amarlo y de sentirte parte de él. Ahora estoy preparando el pregón de San Martín del Rey Aurelio.

-¿En qué nuevos proyectos de literatura infantil y juvenil está trabajando?

-Por un lado, en la serie «Pepe Gorras», que ganó el premio «Barco de Vapor»; aquí, en Arriondas, estoy trabajando en la tercera entrega. Luego, el cuento que les he presentado a los niños del colegio Río Sella, «Historia de un libro peregrino», con el que tengo el proyecto de sacar un libro infantil cuando regrese a Puerto Rico. Además, acabo de publicar «El cuadro del padrino Antón», que está basado en un cuadro de Galileo y trata el tema de los padres que imponen a sus hijos lo que tienen que ser. El niño lo que quiere es ser niño.

-También escribe novela para adultos, ¿qué se trae entre manos?

-Pronto partiré hacia el sur de Francia, donde hay un pueblo que se llama Bugarach, que será el único que se salve en diciembre de 2012 cuando, según el calendario maya, se acabará el mundo. Es un pueblo que pasó de 160 habitantes a 20.000 y me trasladaré allí para terminar la historia, me parece un tema fascinante y recurrente. Cada vez que va a haber un cambio, se acaba el mundo, y nunca se ha acabado.