Arriondas, Emilio G. CEA

Ciento treinta enfervorizados fanáticos de las Vespas y Lambrettas se reunieron ayer en Arriondas para participar en la V Edición de la Subida al Fitu organizada por la asociación «Amigos Vespa Parres». A los moteros llegados de diferentes lugares de la región como Llanes, Ribadesella, La Felguera, Villaviciosa, Oviedo y Gijón se unieron fanáticos de las dos ruedas procedentes de diferentes puntos de Cantabria, Valladolid y Palencia.

«Estamos muy contentos. La gente se ha volcado y hemos superado con creces los noventa inscritos del año pasado», aseguró el presidente de la asociación «Amigos Vespa Parres», Luciano Peruyero García.

Susana Diez, José Luis Martínez, Paloma Gómez, José Domínguez y José Manuel Galán acudieron a Arriondas en representación del «Club Vespa Llanes». «Todos los años venimos una representación para apoyar la subida. Luego ellos nos devuelven la visita cuando organizamos la concentración en Llanes en septiembre», aseguró Galán.

Enrique Alonso y Manuel Sariego, provenientes de Villaviciosa, hicieron acto de presencia en Arriondas minutos antes del inicio de la concentración. «Es la primera vez que vengo. Me he comprado la Vespa hace tres meses», sostuvo Alonso. Sariego es todo un veterano de las motos. «Tengo Vespa desde 1982, cuando me compré una modelo primavera. A esta concentración tan solo he faltado en una ocasión y en quince días iré a la que se celebra en San Sebastián», dijo.

Desde Valladolid y Palencia llegaron a lomos de sus máquinas Guillermo Carvajal, Juan Silverio y Jorge Royuela, integrantes todos ellos del club «Vesperdidos».

«Es la primera vez que venimos a esta concentración y si podemos vendremos también a la que se celebrará en Covadonga», aseguraron. El paisaje y la comida es en opinión de estos moteros lo más destacado de Asturias. «Los paisajes y las carreteras son espectaculares para hacer rutas en moto», dijeron.

La caravana motera, además de subir al alto del Fitu, visitó las localidades de Margolles, Peruyes, Labra, Corao, Arenes para volver de nuevo a Arriondas.

Entre los participantes se sortearon diferentes regalos y se premió a la moto más antigua, al grupo más numeroso, a la persona que viene de más lejos, al «vespero» más veterano y al más joven, a la Vespa más antigua y a la mejor anécdota de la jornada.