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La Cueva se traslada a Infiesto con mucho arte

El parragués Dan Miravalles pinta un mural del santuario en la Casa de Cultura para agradecer la acogida que le brinda Piloña

Dan Miravalles junto al mural, aún sin terminar. LUCAS BLANCO

Agradecer con arte la buena acogida de los vecinos de Piloña. Esa es la motivación que llevó al artista parragués Dan Miravalles a elaborar un mural del santuario de La Cueva en una pared desaliñada de la Casa de Cultura "Marqués de Vista Alegre" de la capital del municipio. Una manera original de responder a la simpatía recibida por los lugareños y que tendrá un coste de unas seis horas de trabajo.

La idea surgió hace unos meses cuando Miravalles comenzó a impartir sus clases en Infiesto ante el elevado número de alumnos que de la villa que se desplazaban a sus locales de Arriondas. "Creamos un grupo amplio y me pidieron que si por favor no me importaba trasladarme aquí en vez de que fueran todos ellos los que lo hicieran y accedí", explica el artista.

Sin embargo, las clases no serían posibles sin la colaboración del Consistorio piloñés, que cedió una de sus aulas en la Casa de Cultura para impartir las sesiones. "La colaboración fue máxima y cada vez son más las personas que se suman a las clases por la cercanía", comenta el pintor, cuyas sesiones en Piloña se desarrollan los miércoles de seis y media a ocho y media de la tarde y los jueves de diez de la mañana a una de la tarde. Ante lo gratificante de la experiencia, su contraprestación no fue otra que utilizar su arte como recompensa. Pronto localizó un punto ideal para colocar un mural y le planteó la idea a la alcaldesa, la socialista Carmen Barrera, a la cual le sugirió algún tema emblemático del municipio. Entre las propuestas estaban la de unos asturcones, varios pueblos populares de Piloña y, cómo no, el santuario de la Virgen de la Cueva. Finalmente, la belleza del enclave religioso fue lo que decantó la balanza.

Seleccionado el tema, Miravalles se puso el miércoles de la pasada semana manos a la obra. Aprovecha horas sueltas para ir avanzando en el trabajo que confía en terminar pronto. "Media docena de horas en total podrían ser suficientes", explica el artista, que para su cometido utiliza pintura acrílica a base de agua y algunas técnicas modernas. "La esponja y el salpicado son alguna de las prácticas que empleo en este caso", comenta.

De momento, la obra va cogiendo cuerpo y son muchos los que se paran a ver los avances del autor, que tampoco descarta seguir decorando el edificio cultural con otras ideas similares. "Esperemos que esto sea tan sólo el comienzo", declara.

Con 30 años recién cumplidos, Dan Miravalles se ha convertido en un artista reconocido en la comarca. Hace cuatro años abrió su negocio en la capital parraguesa y además de comerciar con sus obras imparte clases a la gente que se lo demanda. "A día de hoy ya tengo más de sesenta alumnos", apunta este joven prodigio, que desde que tiene uso de razón ya dibujaba y que a los nueve años comenzó a recibir clases particulares sobre la materia. "No me puedo quejar, pues me dedico a lo que me gusta y además me va bastante bien", admite, mientras supervisa su mural.

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