La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Soplos de actualidad para mayores

Manolo Marina lleva más de una década como "voluntario de conversación" en la residencia de Infiesto, donde lee los titulares más destacados de prensa

El voluntario, comentando las noticias de LA NUEVA ESPAÑA ayer. C. CORTE

La actualidad llega cada lunes a la residencia de mayores de Infiesto de la mano de Manolo Marina. El piloñés se encarga de leer los titulares más relevantes de la semana de LA NUEVA ESPAÑA a algunos de los 89 residentes del centro, que esperan con ansia una visita que se lleva produciendo desde hace más de una década. Y lo que queda. Porque a sus "sesenta y vente" años recién cumplidos este voluntario de El Prial anuncia su intención de seguir con unas visitas en las que también tiene tiempo para leer, micro en mano, artículos de cosecha propia y recitar monólogos en asturiano, refranes y chistes que continuamente arrancan las carcajadas de los presentes.

En su aventura no está sólo. Cuenta con Paco López como refuerzo, que enseña a los mayores canciones que se entonarán en las misas de aniversario o Navidad. "No es sólo la hora que pasamos aquí. Esto requiere una preparación previa pues seleccionar los mejores recortes de prensa del mundo en general y del Oriente en particular lleva su esfuerzo", comenta Marina, que se inició en el voluntariado para emplear el tiempo extra que concede la jubilación -trabajó en la Caja Rural de Oviedo- ayudando a los demás y llegó a la residencia por iniciativa de la entonces presidenta Ana Martínez. "Cercano, amable, preparado" son algunos de los adjetivos que le regala público como Teli Menéndez, vecina de Villamayor. En la misma línea se expresa Elena Peláez, de 89 años. "Presta escucharlo hablar. Cuando no viene te sientes en soledad. Trae un soplo de aire fresco y nos acerca a la actualidad", explica.

Pero Marina, que también preside la peña de bolos de Infiesto, escribe y participa en el grupo de teatro "Ensin reparu", confiesa que recibe mucho más a cambio: amistades verdaderas y la sensación de estar en familia en la residencia. "Cuando no puede venir se preocupan mucho por si está bien o le pasó algo. Lo adoran", comenta la animadora sociocultural, Esperanza Castillo. Su labor también fue definida como de "muy positiva" por el director de la residencia, Javier Llaneza.

Compartir el artículo

stats