Modernizar el ala derecha de la residencia de mayores de Infiesto y hacerla más accesible y operativa. Es el reto que planteó ayer en la plaza de la Benéfica la gerente del ERA, Graciela Blanco, que visitó el centro público para conocer de primera mano las obras de restauración que acaban de ejecutarse en la fachada del geriátrico. "No será este año debido a la situación de prórroga presupuestaria pero el compromiso de remodelación integral de este centro, uno de los más antiguos de Asturias, es total", dijo.

La residencia de Infiesto, que cuenta con 89 plazas y una gran demanda, abrió sus puertas en mayo de 1993 en un edificio antaño utilizado como escuelas municipales. Su fachada forma parte del patrimonio histórico, por lo que para restaurarla fue necesario elaborar un proyecto por valor de 4.900 euros que contara con el visto bueno de Patrimonio. El saneamiento de la cara principal del edificio, que ahora luce de blanco (antes de la reforma era amarilla) tuvo un coste de 52.054,71 euros. Esta no fue la única ejecutada en la residencia pública. a finales de 2015, tal como recordó Blanco. También se modernizó el sistema para llamadas asistenciales - con un coste de 50.044,74 euros- y se instaló una puerta automática por valor de 4.200 euros en la entrada principal. A las reformas se añadió la renovación de equipamientos como la incorporación de camas eléctricas en sustitución de las clásicas, una cama articulada en Enfermería o un nuevo sillón de podología, entre otros.

Durante la visita a la residencia piloñesa, la gerente del ERA estuvo acompañada por el director del centro, Javier Llaneza que valoró "positivamente" la reforma, así como por la concejal de Bienestar Social, Laura Gutiérrez y el alcalde, Iván Allende. Este último mostró su satisfacción "por una inversión superior a los 100.000 euros que ayuda a mejorar las condiciones de los mayores".