La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Recogen firmas para exigir al coto llanisco que celebre su asamblea anual

Benito Buenaga es el padre de la joven Sara, que lleva esperando más de un año para cazar en el concejo sin que Socoa resuelva su admisión

Sara y Benito Buenaga, tras una jornada de caza. P. M.

El cazador riosellano Benito Buenaga Palmero recogerá firmas para que la Sociedad de Cazadores del Oriente de Asturias (Socoa) "La Llanisca", de la que es socio, convoque su asamblea anual ordinaria, una obligación que recogen los estatutos y que no se cumple desde el año 2014.

Este es uno de los "derechos" que quiere defender como miembro de la sociedad, a la que también pide explicaciones de por qué su hija, Sara Buenaga, no ha sido admitida, pues hace más de un año que registró la solicitud. "Todavía no sabemos qué requisito incumple, ya que los estatutos dicen que el número de socios será ilimitado, además de que el ingreso podrá ser solicitado por cualquier persona con capacidad de obrar", reproduce Buenaga Palmero con el texto oficial en la mano.

La única explicación que ha obtenido de los responsables del coto es que la solicitud está "pendiente de resolución" porque quieren evitar que "el coto se sobredimensione por el ya altísimo número de cazadores" debido, añaden, a "la incontrolada admisión de socios" detectada en una auditoría en 2011. Sin embargo, la joven riosellana ha visto cómo varios de sus amigos que solicitaron el ingreso después que ella ya forman parte de la "Socoa La Llanisca".

Tras registrar una petición tras otra y no obtener respuesta, Sara y Benito dedujeron que era su condición de mujer la causante del rechazo, un extremo que la directiva del coto rechazó a través de este periódico. Con todo, no comprenden por qué su solicitud sigue sin resolver, al igual que la asamblea ordinaria sin convocar y las cuentas del coto sin rendir, una obligación también recogida en los estatutos. Por eso el riosellano, de ascendencia llanisca, pide la colaboración de los socios para reivindicar unos derechos que pertenecen a todos. "Quiero que cumplan con sus obligaciones igual que me piden a mí que lo haga. Que no lo ignoren", reclama. Para que la convocatoria de asamblea extraordinaria parta de los socios la solicitud debe presentarse por escrito y estar avalada por el quince por ciento de los asociados, como recoge el mismo reglamento.

Buenaga Palmero buscará estos apoyos dentro de la sociedad y también pedirá el respaldo de otros cazadores de la región para denunciar una situación que, añade, vulnera uno de los puntos del artículo 28: "los miembros de la asociación podrán expresar libremente sus opiniones" dentro del colectivo. El cazador aclara, eso sí, que no va "en contra de "Socoa La Llanisca", sino de una forma de gestión que no está siendo, en su opinión, adecuada ni justa.

Sara Buenaga tiene dieciséis años y lleva cazando junto a su padre desde hace una década. Lo hace en el coto de Llanes, pero en calidad de invitada y previo pago de 60 euros cada vez que va, un dinero que no tendría que abonar si ya estuviera reconocida como socia. Desde que formuló la petición de acceso ya lleva gastados más de 400 euros y no sólo le pesa este dinero. Padre e hija recibieron una avalancha de apoyos desde toda la región cuando denunciaron la presunta discriminación sexual a la que era sometida la joven al ser rechazada en el coto llanisco.

Compartir el artículo

stats