Los veintidós caballos sin dueño ni registro prindados en la sierra del Sueve permanecerán, de momento, en la finca de Loroñe en la que la Junta de Cofiño los tiene recogidos. La subasta celebrada ayer en las antiguas escuelas de Gobiendes quedó desierta al no pujar ninguno de los ganaderos y tratantes asistentes. Los equinos se ofrecieron por un precio total de 200 euros, pero sin identificación, un proceso que corre a cuenta del comprador, como el transporte.

El asunto volverá ahora a debatirse en la junta, pero el vicepresidente de la directiva, Gaspar Costales, anunció que negociarán el destino de los caballos con quien se muestre interesado. "Aceptaremos ofertas de forma individual e intentaremos salvarles la vida como podamos", apuntó el ganadero, quien aseguró que acabar quemados en Cogersa es "lo último" que desean para estos animales. En su opinión, "el verdadero destino sería la carne, porque no se les puso nunca una inyección", explicó en relación a la calidad de un producto "ecológico".

Los caballos del Sueve, entre los que hay diez hembras, doce machos y cinco ejemplares menores de un año, están "en perfecto estado de salud", según los controles sanitarios. No hay ningún asturcón puro y sí animales cruzados de varias razas. Tras el periodo que se abrió para reclamar su propiedad, también desierto, los animales han pasado a ser de la Junta .

Hubo quien reclamó que sean destinados a carne, para lo que es necesario la autorización de la Consejería de Agroganadería y la declaración de "semisalvajes". Costales se preguntó por qué esto no ha sucedido ya, pues han nacido y se han criado en el puerto del Sueve y darían "una carne muy buena".

A la subasta no acudió la organización llanisca de "Mundo Vivo", que manifestó su interés en los equinos por los que nadie pujara para evitar su sacrificio. El grupo busca, en opinión de Costales, "publicidad" y "machacar" a la junta por las declaraciones vertidas sobre este asunto.