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Diálogos orientales | GUILLERMO SORDO | Presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago "El Bordón", de Llanes

"El Camino de Santiago de la costa es una referencia mundial y está sin explotar"

"Hay picaresca de empresarios y particulares que colocan señalización confusa; hay que respetar la oficial, la flecha amarilla y la concha"

Guillermo Sordo, en la capilla de San Roque, en Llanes. E. G. CEA

Guillermo Sordo (Llanes, 1945) es el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago por el Norte "El Bordón" desde hace doce años. El colectivo será hoy el anfitrión de un encuentro con las asociaciones de la comarca y de Cantabria.

-¿Qué asuntos se pondrán hoy sobre la mesa?

-El asunto principal es el cuidado que hay que tener con el Camino, del que se está abusando mucho. A mí me tocó empezar desde cero y escuchar que los que venían eran mochileros, hasta que empezaron a darse cuenta de toda la actividad que traía el movimiento de los peregrinos. Quieras o no, cuando salen de su casa lo hacen con dinero en el bolsillo y están parando en restaurantes, comen bien, duermen en hoteles de calidad y estas cosas. Esto tiene que valorarlo la gente y yo siempre digo "atiende bien a ese peregrino, que te va a mandar a más". Porque esto se mueve por el boca a boca, hay que cuidar con cariño todas las cosas y preocuparnos de lo que tenemos, el Camino de la costa, una referencia mundial que está sin explotar.

-¿A quién reclaman más cuidado del Camino?

-Hay lugares en los que no se puede transitar por el abandono. No cuesta nada tener un par de personas preocupadas de realizar cada mes una revisión a todo el camino con la maquinaria que hay ahora para hacer la limpieza y acondicionamiento. Me refiero a solucionar algún bache o problema para que el peregrino, que ya llega cansado, no tenga esta clase de inconvenientes.

-¿Está bien señalizado el Camino en la comarca?

-Otra de las cuestiones fundamentales a tratar es la señalización. Al peregrino no se le puede indicar ven por aquí o por el otro lado, él viene a cumplir con su camino y si se lo haces veinte veces más largo no lo acaba nunca. Existe siempre la picaresca por parte de los bares y restaurantes de la zona, empresarios y personas particulares colocan señalización confusa. Que se pongan indicadores, pero con un orden. Está bien que se anuncie, pero no confundiendo. El Camino tiene una señalización que es la flecha amarilla y la concha y eso es lo que hay que respetar, donde esté eso no me pongas otra. Tienen que ser las autoridades las que coloquen, no puedes poner lo que te dé la gana. Este es un asunto que se va a tratar y que atañe a todos los servicios municipales desde Santander hasta Gijón.

-En un tramo más acotado, desde el límite con Cantabria hasta Ribadesella, no existen albergues públicos, ¿hacen falta en el concejo de Llanes?

-En Llanes tenemos cuatro y uno que van a abrir ahora, pero son particulares. Se tratará la forma de que alguno pase a depender del Ayuntamiento.

-Usted sella las credenciales en la capilla de San Roque de Llanes, ¿cuántos peregrinos pueden estar pasando en esta época diariamente?

-Calculo que una media diaria de ochenta o cien personas pasen por Llanes. Hay muchos en bicicleta, está aumentando, y caminando también.

-¿De cuánto ha sido este incremento?

-La cifra aumentó en número, calculo que sobre un diez por ciento en los últimos cuatro años, y aparte empiezan primero. Ahora antes de la Semana Santa ya empezaron a pasar y en marzo ya se notaba que había gente caminando y preguntando.

-La ruta jacobea está muy vinculada al Románico y pasa por templos como la iglesia de San Antolín de Bedón. ¿Qué opina del estado en el que está y de que los peregrinos no puedan visitarlo?

-Es una joya que tenemos ahí que no la podemos perder, una de las pocas que quedan en Asturias y no se puede abandonar. Hay que aclarar esta situación cuanto antes mejor. El Camino pasa paralelo y la curiosidad hace que la gente quiera entrar, pero no ahora puede. No va a hacer ningún daño, es una joya que debiera ser expuesta para que todo el mundo la viese.

-Vivió los inicios de esta última etapa de esplendor del Camino y también la constitución de San Roque como el bando que es hoy, ¿cómo vivió aquel momento?

-Eran los años setenta y les pregunté a los veinte que organizaban la fiesta qué opinaban si conseguía 500 socios y hacíamos el bando. Lo conseguí y aceptaron y entonces quedó de presidente Fernando García Toriello, que era una persona muy entrañable y querida en Llanes. Yo estuve a su lado y le sustituí cuando dejó el cargo. Me tocó andar por las fiestas en cinco lugares diferentes, desde la finca de Labra hasta el día de hoy, en la explanada de El Sablón, pasando por las escuelas públicas, La Bombilla...

-¿Qué opina del relevo generacional en la directiva del bando, con Javier Abello al frente?

-Es bueno que se cambie, porque el que está en la presidencia se agota y el que entra nuevo llega con sangre nueva. Ese es el que verdaderamente puede elevar, porque trae ideas nuevas y las puede poner en práctica y disfrutar. Porque las fiestas se hicieron para disfrutarlas y sacarles jugo. Si vas a ir a una fiesta a sufrir, apaga y vámonos.

-¿Qué futuro le ve al bando y qué echa de menos?

-El bando va cada día a más porque hay mucha juventud y también manda. A los críos que nacen ya los hacen socios y ahonda dentro del sentimiento de cada persona. El porvenir lo veo bueno y a largo plazo, porque está la juventud detrás que empuja. Y en lo que más hincapié pondría es en la cuestión religiosa, a la participación de todas las personas en las procesiones, en cuidar los detalles de la vestimenta y las tradiciones y celebrar los actos religiosos con dignidad.

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