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ANDRÉS AGUADO NÚÑEZ | Impulsor de la Milla de Infiesto e hijo adoptivo de Piloña

"Lo ideal sería formar un comité organizador para recuperar la Milla de Infiesto"

"Pensé que mi plaza de profesor en Piloña sería provisional, pero el destino jugó sus cartas y aquí conocí al amor de mi vida"

Andrés Aguado en Infiesto. C. CORTE

Cuando el profesor Andrés Aguado (Valladolid, 1956) llegó a Piloña en 1981, correr por la calle en pantalón corto estaba mal visto. Su promoción del deporte y de los valores humanos con la creación de eventos como la milla internacional le han valido 35 años después el reconocimiento de hijo adoptivo del municipio.

-¿Cómo recibe el nombramiento?

-No me lo esperaba, pero fue una sorpresa grata y un honor, porque me siento piloñés. En mi familia guardaron bien el secreto y me llevaron engañado al pleno.

-Cuando lo destinaron como profesor en el colegio de Infiesto, ¿pensaba en echar raíces por tanto tiempo en Piloña?

-No, pensé que sería un destino provisional, pero el destino jugó sus cartas y aquí conocí al amor de mi vida, Susi Martínez, por lo que descarté volver.

-¿Qué tiene de especial el municipio?

-Su gente, que cuando decide remar todos a una es increíble lo que empujan para sacar proyectos adelante.

-¿De dónde le viene la pasión por el deporte?

-Cogí el gusto al atletismo cuando estudiaba Magisterio en el País Vasco, donde existe una gran afición por este deporte. Cuando hice el servicio militar en Ávila y Alcalá de Henares empecé a correr en competiciones militares y hasta ahora, que hago poco deporte porque tengo molestias en la rótula y una operación pendiente. Pero en cuanto me recupere volveré a trotar.

-El Consistorio reconoce su labor en la promoción del deporte. ¿Cómo fueron aquellos inicios?

-A comienzos de los 80 llamaba mucho la atención que el maestro saliera a correr en pantalón corto, parecía que estaba mal visto. Los que segaban los praos me pedían que parara a echarles una mano, pocos sabían lo que eran unas zapatillas de correr. Pronto llego la admiración y la gente se animó porque la oferta cultural y deportiva era entonces escasa. Con la ayuda del director del colegio de Infiesto, Daniel Blanco, sacamos adelante el cross escolar más antiguo de Asturias.

-¿Cómo nació la Milla de Infiesto?

-El deportista Juan Puerta y yo teníamos en la cabeza la idea de cortar la calle Covadonga para hacer una gran prueba y lo conseguimos cuando sacaron la carretera general de Infiesto en 1991. En las primeras ediciones los camiones sí podían pasar. La milla nació gracias a ídolos como Fermín Cacho, José Manuel Abascal y José Luis González. Lo vivíamos con intensidad, íbamos al Ayuntamiento a llamar a los atletas, había gran secretismo con los fichajes... Una vez las limpiadoras nos dejaron atrapados de noche y tuvimos que llamar a la policía para que nos sacara.

-¿Por qué dejó de organizarse tras 17 exitosas ediciones?

-Mi mujer y yo necesitábamos un refuerzo porque la organización requería gran esfuerzo. Creo que faltó algo de valor por parte de nuestros discípulos de los clubes para tirar del carro. No fue una cuestión económica.

-¿Le gustaría que se recuperase el evento?

-Sí porque daba gran prestigio a Piloña y años después todavía se habla de lo grande que fue aquello. Lo ideal sería conformar un comité organizador y que se sumen representantes de los clubes para recuperar aquel modelo que combinaba tan bien la competición de élite y la popular, con más de 400 niños.

-¿A quién le gustaría ver correr por la calle Covadonga?

-A atletas como el asturiano Carlos Alonso, pero también se puede traer otras personas que sean ejemplo de deporte para homenajearlos como Indurain, Nadal o Luis Enrique.

-¿Necesitan mejores instalaciones los atletas piloñeses?

-Se habló de construir en el Orrín una pista millonaria, pero tal como están las cosas creo que con que dejen cortar la calle del Sol tres veces por semana para entrenar es suficiente.

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