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Pardo: "El puente de La Llomba era parte de la calzada romana que pasaba por Colunga"

El historiador descarta que la construcción, que será acondicionada, se hiciera para la ruta jacobea

El puente de La Llomba, en la localidad de Lue. P. M.

El puente de La Llomba, entre las localidades de Lue y Luces, perteneció a una calzada romana que unía varios núcleos del concejo de Colunga. Al menos esto es lo que sostiene el historiador local Omar Pardo, quien ha hecho una relectura de la inscripción que apareció en la infraestructura. Pardo, miembro de AEME (Asociación Española de Militares Escritores), admite que este puente fuera reutilizado tiempo después para el Camino de Santiago, pero descarta que naciera para que los peregrinos superasen con facilidad el río del Cuetu.

Cuando el puente se limpió en los años noventa apareció un grabado en una piedra que parecía una letra ese y un cinco en números romanos. Los especialistas que entonces analizaron la infraestructura determinaron que significaba "siglo quinto", pero Pardo mantiene una "hipótesis contraria. No es una letra ese, sino una sierpe, pues es muy larga, tiene cabeza y cola. Y lo que se ha visto como un cinco es un instrumento de pesca, un cedazo de triángulo", describe Pardo, quien ha reconocido en el grabado "una marca muy típica de las construcciones romanas" y un indicativo de que la zona era buena para la pesca de anguilas. La falta de medios para refrigerar la comida en época romana y la posibilidad de conservar este pescado seco habría hecho, sostiene el historiador, que esta especie fuera un recurso atractivo. Pardo apunta, además, que "hay señalizaciones similares en Galicia, muchas de ellas coincidiendo además con los actuales 'caneiros' del Miño".

La reinterpretación de esta inscripción significa, "dada además la extrema proximidad del yacimiento de los hornos romanos de Fana, a escasos 300 metros, que la hipótesis de que el puente de La Llomba es romano y no altomedieval es más que segura. Lo confirma, además, la multitud de asentamientos romanos en nuestro solar, situados además en antiguos castros a cuyos pies se fundaron los pueblos y lugares que dieron lugar a nuestras parroquias", desgrana Pardo. Entre estos núcleos de la Colunga romana destaca especialmente el de La Isla -una de las más importantes villas romanas del norte, según el experto, que yace enterrada bajo las edificaciones actuales- sino que están el de Fana (en Luces, junto al puente), el lugar de Fanu en Libardón (yacimiento de las ánforas), Raiceu (al pie del castru del Paladru), los restos romanos del Solavilla en Gobiendes, el Castillu en Sales o el Castiellu en Lue.

El hecho de que el puente de La Llomba fuera en origen una calzada romana no excluye, añade Pardo, que fuera reutilizado por los peregrinos del Camino de Santiago del Norte o de la Costa. Sin embargo, el historiador opina que no se debe ubicar su origen en este momento histórico, porque supondría "distorsionar la historia local, que aún se basa en mitos producto de la erudición decimonónica como el de la legio IV, que da nombre a la playa de la Griega".

A juicio de Pardo, "sería de suma importancia" que se reconociera su verdadero contexto, pues "sería un revulsivo para un lugar extraordinariamente rico en patrimonio" como es el concejo colungués, y más de época romana, aunque estos hitos no estén rehabilitados, expuestos "y ni siquiera señalizados", lamenta el historiador.

El puente de La Llomba está dentro del proyecto de obras que realizarán los operarios del plan local de empleo de este año, al igual que el puente de Bueño. Los trabajadores limpiarán y dejarán al descubierto la piedra de dos infraestructuras que ahora están cubieras y tapadas por la maleza. El equipo se encuentra ahora acabando varios parques infantiles.

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