La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sellañu, paraíso scout

Un centenar de madrileños disfrutan de una acampada y de rutas por la localidad pongueta, de la que destacan el paisaje y el buen recibimiento de los vecinos

Algunos de los jóvenes. C. CORTE

Asturias es el paraíso del scout. Lo dice la madrileña Irene Sánchez, que ha pasado la última quincena de julio de marcha por la región junto a 105 compañeros y a 26 monitores del grupo "Amorós" . Los jóvenes, que instalaron su campamento base en la localidad pongueta de Sellañu, desmontaron ayer sus tiendas de campaña para regresar a Carabanchel Alto "con un poco de pena de regresar al asfalto y dejar atrás la región más verde y bonita del país".

El encuentro, coordinado por la monitora Marta Ajenjos, fue especial por dos motivos: celebraban el 30º aniversario de la asociación scout y acogían por primera vez al grupo recién formado "San Gabriel", de Arganda del Rey. Por eso chavales como Raúl Palomo no olvidarán "jamás" una experiencia que sirve "para valorar lo que tienes cuando llegas a casa y fortalecer lazos de convivencia con los que tienes en frente". Una caminata por el Naranjo de Bulnes o la ruta del Cares fueron sólo algunas de las actividades de las que disfrutó este joven de 18 años.

No es la primera vez que el grupo visita Asturias, pues ya estuvieron en zonas como Proaza, limpiando la Senda del Oso, en anteriores ocasiones. Y siempre repiten. Los primeros monitores llegaron esta vez el 13 de julio para sentar las bases del campamento en una finca privada cedida por un vecino, a la vera del río. A los dos días fueron llegando los chavales para levantar con sus propias manos el resto de infraestructuras: desde duchas improvisadas hasta letrinas, un comedor o fregadores. El movimiento juvenil agrupa a jóvenes de entre 6 y 20 años que comparten su pasión por el escultismo y las ganas de pasárselo bien. Todos tienen una máxima: respetar la naturaleza y dejar el entorno mejor de lo que lo encontraron. Y en Sellañu no hicieron una excepción. "Los más pequeños ofrecieron sus servicios en el pueblo a cambio de comida y estuvieron moviendo leña y limpiando para los vecinos. Otra de las tareas era entrevistar al más joven y al más mayor del pueblo", cuenta la monitora Beatriz Garro.

Y es que según sus edades realizan diferentes actividades. Los benjamines (de 6 a 9 años) conforman el grupo de los castores; luego están los lobatos (9 a 11 años), los exploradores (11 a 15 años), los pioneros (15 a 18 años) y los rutas (hasta 20 años). "Cuando coges la mochila y echas a andar te sientes libre, descubres y te superas para llegar a sitios nuevos", aseguraron los más pequeños, que fueron de visita a Covadonga. "Como era nuestro 30º aniversario queríamos hacer algo especial y salir fuera del país, a Suiza, pero ahora no nos arrepentimos: hay play cerca y la acogida en Ponga ha sido excelente, repetiremos".

Compartir el artículo

stats