"Es un día muy especial. Que te nombren hijo predilecto sólo ocurre una vez en la vida. Me siento muy honrado y sumamente agradecido". Así de orgulloso se sentía ayer el piloñés José Manuel Gómez Rodríguez Pumarada, presidente de la editorial Anaya. Quién le iba a decir a aquel niño, natural de Valle, que con nueve años emigró a Brasil, que sus vecinos iban a ser tan generosos con él a la hora de reconocerle sus éxitos. Le emocionó recordar a sus padres. A ellos les dedicó este nombramiento: "Hoy significa volver a mis raíces. Por eso, permítanme que lo ofrezca a quienes me vieron nacer en Valle y me dieron todo lo que tenían, su fe, trabajo y afecto".

Y recordando las enseñanzas que recibió de ellos y aprendió de la vida, se dirigió a su nieto mayor, que aún no ha cumplido los seis años: "Hugo, da lo mejor de ti mismo, escucha a tu conciencia y marcha siempre hacia delante". El niño medio le escuchó, sin ser consciente aún de las enseñanzas del abuelo. Lo hizo sentado en el regazo de su padre, Álex Gómez, para quien también fue "un día muy especial. No siempre se puede ver a la gente emocionarse en un acto público o institucional y hacerlo es importante". Siguió el acto desde primera fila, junto a su mujer y a su otro hijo, Diego, de dos años. Su hermana Ana también acudió con su familia. Es la madre de la nieta pequeña del presidente del grupo Anaya, Lucía Elisabeth, de tan solo diez meses.

Gómez reconoció que sus tres nietos son su" regalo más grande". Igualmente orgullosa se vio a su esposa, Marion Collins, que no perdió detalle. No es para menos, pues, como destacó el alcalde de Piloña, Iván Allende, el título de hijo predilecto es de los de mayor grado que concede un Ayuntamiento. Hace años también se concedió esta medalla al que fuera alcalde de Oviedo Luis Riera Posada. En esta concesión tuvo mucho que ver su primo Lele Azcoitia Argüelles, pues fue quien realizó la propuesta que la corporación municipal aprobó por unanimidad.

Allende destacó de Gómez que es "un piloñés que se hizo así mismo" y le definió como "una persona vivaz, reconocido dentro y fuera del mundo de la empresa". Remarcó que la clave de su éxito profesional ha sido una conjunción de "trabajo diario, esfuerzo y el talento que atesora", aunque "la parte humana tampoco defrauda".

Según el regidor, sus vecinos de Pintueles le tiene por un hombre "agradable y muy servicial", además de "humilde y comprometido" con su tierra, ésta de la que admira su paisaje, tanto que evita viajar por autovía y prefiere las carreteras comarcales. Así descubrió el pueblo piloñés de Anayo y no se resistió a visitarlo, porque cuando leyó el letrero dijo: "¡Es el marido de Anaya!"

Las aventuras del Quijote han marcado su trayectoria. Un ejemplar de esta obra de Miguel de Cervantes iba junto a la medalla de San Antonio cosida al peto y un rosario de su primera comunión dentro de su maleta cuando emigró con su tía a Brasil, donde les esperaban el marido de ésta y su madre. Con motivo de su nombramiento como hijo predilecto de Piloña, la editorial que preside ha lanzado una edición especial del Quijote y Gómez tuvo el detalle de regalar unos ejemplares al Ayuntamiento. Suele realizar aportaciones bibliográficas a título personal a su concejo natal.

En su discurso, recordó sus "jornadas por los montes y prados con la vaca 'Lucera' y un burro que no tenía nombre". En su memoria perduran las misas de los domingos y fiestas de guardar, el día de la patrona, La Magdalena, y las caminatas a Infiesto para acudir al mercado. Tampoco ha olvidado la excursión anual a Covadonga. En Valle aprendió que entonces estaba mal visto ser holgazán y no acudir a misa. Con esta lección bien aprendida puso rumbo hacia Brasil.