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La molienda peligra en La Huera de Meré

El único molinero de Llanes y Ribadesella, Jesús Riestra, espera desde hace seis años ayuda para reponer el puente sobre el río Las Cabras, arrasado por una riada

Jesús Riestra pasa por el improvisado puente. P. M.

En La Huera de Meré (Llanes) la molienda corre el peligro de caerse al río Las Cabras. Lleva ocurriendo más de seis años, desde que la riada de junio de 2010 se llevó por delante el puente y Jesús Riestra, al frente del molino de La Huera, tiene que cruzarlo como puede.

"Colocamos un árbol para pasar provisionalmente andando, y de los seis raíles que tenía el puente sólo quedaron dos, el resto los dobló el agua", describe el vecino, quien ha tenido que ir colocando tablas sobre esas dos vigas para cruzar el río con el carretillo en el que transporta la harina.

"Apañándote como puedes". Así es como resiste Riestra una situación que encuentra "disculpas" tanto en el Ayuntamiento de Llanes como en la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC). "La confederación no quiere saber nada porque dicen que es privado, pero por aquí pasa un camino público de toda la vida; de hecho, es una antigua calzada romana", defiende el vecino antes de apuntar que tampoco en el Consistorio encuentra colaboración en forma de "permisos, materiales o algo".

El río ya se llevó por delante el puente en este mismo punto durante las riadas de 1983, pero entonces "el Ayuntamiento dio los materiales" y los propietarios reconstruyeron la infraestructura, aportando la mano de obra con ayuda de otros vecinos. "Ahora ni material ni nada. Dicen que no tienen dinero, son disculpas", lamenta Riestra, también en contacto con la Confederación, "que no hace caso". El de La Huera es el único molino activo del concejo de Llanes y también de otros colindantes como Ribadesella, por lo que existe cierta demanda de los agricultores que acuden a moler la cosecha.

Por suerte no ha habido ningún accidente grave, aunque el año pasado "cayó un chaval con la molienda al ríu, pero no pasó nada", rememora el molinero llanisco, que ante la falta de soluciones va renovando las tablas que hacen las veces de paso, pues con la lluvia se pudren. Está, además, pendiente de que en el invierno venga otra crecida y se lo lleve por delante. Además de quienes le llevan grano para moler, también necesitan cruzar el río los vecinos de El Cueto si bajan andando.

Emergencias

Ahora es impensable que la furgoneta que solía entrar todos los días con veinte sacos de maíz vuelva al molino de La Huera, como sucedía antes de la riada. Quien traía tanta cantidad se ha jubilado y no lo necesita, pero "hay días que igual hay cinco o seis moliendas de quince o veinte kilos", una carga que tiene que transportar en tan precarias condiciones.

En la vivienda situada encima del molino tampoco vive nadie ya, pues ante una emergencia los tablones no responden. Riestra tuvo que cruzar el río con su todoterreno para llevar el médico a la casa, donde su padre, Benjamín Riestra, de 91 años, estaba enfermo. Tuvo que llevarlo a otro lugar porque es "imposible tener una persona mayor con ese paso".

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