Todo el mundo acabará pasando por ello, tarde o temprano, aunque hay maneras de prevenirla y retrasar su aparición. Se trata de la artrosis, la degeneración del cartílago articular que tantas veces se confunde con la artritis, la inflamación de la articulación. De esta confusión sabe mucho el traumatólogo jubilado y afincado en Vega (Ribadesella) Carlos Jiménez Escolano, quien la resolvió a menudo en su vida profesional, desarrollada en Madrid.

"Todo el mundo va a tener artrosis, igual que va a tener canas. Es una manera de envejecer", introduce el médico, al tiempo que describe el cartílago articular como "esa sustancia blandita, elástica, que cubre los extremos de los huesos que se articulan uno sobre otro". El cartílago está nutrido por el líquido sinovial "durante la etapa juvenil y la primera madurez y a medida que se estropea, adelgaza, los huesos se quedan sin ese acolchado y se rozan", describe el traumatólogo. Ahí empieza el dolor.

Pese a que acabará apareciendo, hay factores "que predisponen mucho a ello, como la obesidad", que facilita la artrosis en las articulaciones de carga como son la cadera y las rodillas. También los hay de tipo genético y también nutricional. "Sería muy conveniente que la gente supiera que la nutrición del individuo afecta mucho a la de sus articulaciones", enuncia Jiménez Escolano, antes de poner como ejemplo de hábitos perjudiciales "el mantenimiento de cifras elevadas de glucosa y el colesterol".

Del otro lado están los buenos hábitos, como la actividad "pero, como todo en esta vida, cuantificándolo. No es lo mismo una actividad deportiva controlada y personalizada que comprarte un chándal y hacer lo que te da la gana", explica el traumatólogo, antes de descartar "estar en el huerto todo el día con la fesoria" como ejemplo de actividad física, pues esa persona acabará con "una artrosis de columna".

La artritis (inflamación de la articulación, no degeneración) es uno de los factores que afectan al cartílago articular y dentro de los tipos que hay se encuentra una muy extendida, la gota. "Los cristales de ácido úrico, cuando no se pueden eliminar y se producen en exceso, se depositan en muchos sitios, entre ellos en las articulaciones. Alteran no sólo el cartílago articular, sino la membrana sinovial. Todo eso empieza a estropearse y degenerarse y entonces se produce la artrosis", aclara.

Si el cartílago se recupera parece la pregunta del millón y Jiménez Escolano la responde con una metáfora: "hay un campo de fútbol que han pateado mucho y tiene muchas calvas. Se riega y el césped vuelve a salir. Pero cuando no queda césped porque es un patatal ya puedes regar que no lograrás nada, hay que sustituir el césped", describe el traumatólogo, antes de explicar las claves médicas de su afirmación. "El cartílago articular es un elemento avascular, esto significa que no tiene nutrición sanguínea, no hay vasos ni arterias". Formado por unas células llamadas condrocitos, las más próximas al hueso se nutren de la sangre de los vasos que están en el borde del hueso, "va pasando hasta un límite y riega esas células. Las otras se nutren del líquido sinovial, que tiene un ciclo: se produce y se absorbe cuando está sucio por la membrana sinovial".

La mejora se puede conseguir, entonces, bien con nutrientes que le lleguen a través de la sangre (de forma limitada) o "sustituyendo el líquido sinovial que se ha enfermado (sinovitis) por uno artificial pero sano, que pueda servir para la regeneración del cartílago", expone el facultativo, quien en su consulta solía asegurar que las "garantías" sólo se pueden pedir en los "frigoríficos, no en seres humanos. Unas veces funciona y otras no".

Jiménez Escolano desarrolló su vida profesional tanto en el sistema público como en el privado y cree que debería hacerse un esfuerzo para que la población conociera estas dolencias "y asumiera los riesgos", pues en el momento en que se desencadenan y si no se tratan correctamente "no tienen vuelta atrás. El siguiente que actúa es el traumatólogo, en el quirófano", pues las artrosis de cadera y de rodilla acaban en prótesis, que consisten en "sustituir partes enfermas de los huesos por piezas que ahora han evolucionado muchísimo". Hechas con metales nobles y plásticos que hacen de acolchamiento, "le da vida y movilidad a la articulación".