Los 6.193 metros cuadrados de suelo portuario que están comprendidos entre la avenida de Palacio Valdés y la estación de autobuses de Ribadesella ya están oficialmente a disposición del Ayuntamiento. La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente publicó ayer en el boletín autonómico el anuncio mediante el cual se otorga al Consistorio riosellano la concesión para el uso de esta superficie.
Se trata del terreno sobre el que el gobierno local, de Foro Asturias, había proyectado el aparcamiento en altura con 270 plazas. Sin embargo, estos planes podrían verse modificados al incorporarse a esta superficie los 1.600 metros cuadrados de la nave de Angulas Delfa, en el mismo entorno, cuya concesión también se solicitará a Puertos del Principado.
Entre ambas superficies suman casi 8.000 metros cuadrados de uso municipal en la mejor zona de la villa riosellana, prácticamente la única en la que puede haber desarrollo urbanístico y en pleno centro.
El Ayuntamiento ya cuenta con la autorización verbal para emplear el suelo de Delfa como aparcamiento y las alrededor de ochenta plazas -tal y como está el edificio ahora, pero se realizarán pequeños derribos en el interior con los que se conseguirá alguna más- estarán disponibles para el verano. Puertos ha recomendado al Ayuntamiento seguir el mismo procedimiento que con la sierra de Secundino: una autorización de uso hasta que concedan la concesión por treinta años.
La primera gestión conlleva un proceso rápido, pero para solicitar la segunda el municipio debe definir un proyecto de lo que quiere hacer en este emplazamiento, algo que se demorará algo más. Estas plazas serán, al igual que las de la sierra, gratuitas y de libre acceso y entre ambas zonas suman unas 180. El destino de estos terrenos portuarios ahora en manos del Ayuntamiento riosellano se debatirá en la comisión que se ha convocado para este jueves, día 16, anterior al pleno ordinario de este mes.
La zona en cuestión se conoce en Ribadesella con el nombre de "Campu les Rolles", pues en ella se acopiaban las rollas de madera, los troncos de los árboles, que bajaban de los concejos de montaña arrastradas por la corriente del río. En su mayor parte fue rellenada a principios del siglo XX dentro de un plan de mejoras del puerto riosellano, adquiriendo un uso que hoy en día ya no se mantiene. En 1930, el Ayuntamiento solicitó al Estado la cesión de los terrenos, considerados ya en aquella época como privilegiados.
