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Diálogos orientales | JUAN MANUEL FELIZ | Presidente del comité organizador del Descenso Internacional del Sella (Codis), cumple un año en el cargo

"Queremos recuperar la comida de los Campos de Oba, pero hay que hacerlo bien"

"Cuando llegué a la presidencia la única condición que puse fue bajar el Sella en el Descenso y no pude; en 2018 lo haré para celebrar los 50 años de haberlo ganado"

Juan Manuel Feliz, con el Sella a sus espaldas. J. M. CARBAJAL

Juan Manuel Feliz (Coviella, Cangas de Onís, 1945) es el presidente del comité organizador del Descenso Internacional del Sella (Codis). Mañana cumple años, y también su primer año al frente de la organización de la prueba, que lleva aparejada la fiesta más importante de la comarca.

-Mañana doble cumpleaños. ¿Cómo ha transcurrido su primer año al frente del Codis?

-Estoy muy contento y pienso que el resto de compañeros también. No es que todo salga perfecto, pero en términos generales, lo que queda e importa, es que estamos muy contentos. Logramos estabilizar el Sella a nivel presupuestario y conseguimos nuevos patrocinadores. Desde el punto de vista deportivo, batimos récord de participantes y veinte países en la salida. Con el desfile también quedamos muy contentos, con las agrupaciones de los cuatro concejos y los gaiteros escoceses.

-¿Y en lo personal? ¿Cómo vivió las desavenencias previas a su toma de posesión?

-No lo llevé mal, porque yo no estaba cuando se dieron esas desavenencias, desde que faltó Emilio. Para mí fue una especie de borrón y cuenta nueva. Faltaban seis meses para el Sella, que, además, cumplía la 80.ª edición. Tuvimos que mirar hacia adelante y ponernos a trabajar, no nos dio tiempo a lamentarnos de lo anterior. A nivel personal es una cosa muy bonita que me absorbe mucho tiempo. Cuando llegué a la presidencia la única condición que puse era que iba a bajar el Sella el día del Descenso, como hacía siempre. Cuando faltaba un mes ya vi que no iba a bajar nada.

-¿La práctica del piragüismo es lo que más echa de menos?

-Sigo practicando, pero el año pasado solo participé en dos pruebas, la del Bidasoa y también bajé en competición el Deva. Practico menos que antes, voy a menos carreras y falto en la carrera por excelencia, en la que descargas adrenalina, es emocionante y única, el Sella. Eso sí, prometo que en el 2018, si hay salud, bajaré para celebrar los cincuenta años de haber sido campeón. De hecho, los embajadores del Sella este año, que son Pachi Perurena y Pedro Cuesta, piensan bajar juntos para conmemorar los cincuenta años de haber ganado, en 1977.

-¿Cómo ha cambiado el piragüismo desde entonces, las décadas de los sesenta y setenta?

-Cambió muchísimo, ha tenido una evolución que supongo haya sido parecida en todos los deportes. Entonces, las piraguas eran de madera y lona, y ahora son de carbono, pesan poquísimo y tienen líneas aerodinámicas. Nuestras palas eran de madera y planas, ahora son de carbono y cóncavas. Ha cambiado desde el punto de vista tecnológico, pero también deportivo, porque ahora la gente que gana el Sella son los mejores del mundo en maratón y tienen un entrenamiento muy técnico y controlado todo el año. En nuestra época, la gente era totalmente amateur, no había ayudas ni casi concentraciones, salvo en el piragüismo de pista que sí había alguna.

-¿Cómo van los preparativos de esta 81.ª edición? ¿Creen que podrán superarse respecto a la anterior?

-La edición anterior fue un reto, porque la preparamos en seis meses. Habría fallos, pero se percibieron poco. Cuando el listón está alto te da miedo pensar que este año, en la 81.ª edición, a lo mejor no estás a la altura. Pero tal y como van las cosas, creo que va a ser mejor. El hecho de que el año pasado fuese muy bueno hizo que la gente quedase contenta. Estoy convencido de que va a haber una participación enorme.

-¿Esperan batir de nuevo el récord de participación?

-Es muy pronto para saberlo, pero yo creo que sí, que va a ser cifra récord. Creo que vamos a estar sobre las 1.000 piraguas, lo que implica unos 1.400 o 1.500 piragüistas.

-¿En qué estado se encuentra la economía del Sella y los patrocinios?

-El año pasado hicimos un esfuerzo grande para que no se cayesen los patrocinadores, por renovar los que había y encontrar alguno nuevo. Este año queremos, por lo menos, renovar con los que ya teníamos e intentar que suban su aportación, porque la vida y el gasto suben y el Sella va a ser más grande. Creo que lo conseguiremos, los patrocinadores también quedaron contentos con la última edición.

-¿Apostará por una colaboración más estrecha con el Ayuntamiento de Ribadesella, como aseguró tras la última reunión con el gobierno local?

-Sí. En esa reunión llegamos a la conclusión de que los problemas vinieron de la falta de comunicación, de que sea un poco más fluida para evitar malentendidos. El Sella sin Ribadesella no se puede concebir, y para Ribadesella la fiesta de Las Piraguas lo mismo. Tanto Arriondas como Ribadesella, y toda la zona, son las que se benefician de la afluencia de participantes y turistas, y hay que estar unidos. Nosotros no estamos en temas políticos, solo queremos una gran competición y una gran fiesta. Por lo tanto, al final nos entendemos todos.

-¿Piensa en recuperar tradiciones como la comida de los Campos de Oba?

-Queremos recuperar, dentro de lo posible, la comida de los Campos de Oba, la fiesta, y que allí se coloquen las empresas que vienen esos días con material de piragüismo y forman una especie de mercado especializado en la piragua. Cada vez hay que tener más en cuenta las condiciones de seguridad, los aparcamientos y los problemas que pueden traer las acampadas libres. Aquello depende también de Costas: a orillas del río hay árboles importantes, hay temas delicados que, a lo mejor, hace cuarenta años no había que considerar. Queremos recuperarlo, pero hay que hacerlo bien. A ver si este año lo conseguimos.

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