Aumentar el conocimiento que los alumnos tienen sobre la flora y fomentar una alimentación saludable entre los más pequeños. Esos son algunos de los objetivos que persigue el huerto ecológico que la profesora de audición y lenguaje Conchi de la Iglesia puso en marcha en el colegio de Infiesto.

Lechugas, cebollas, fresas o plantas aromáticas y medicinales son sólo algunos de los cultivos que los niños ven crecer día a día en el patio del colegio.

La producción marcha tan bien que la asociación de madres y padres del centro piloñés decidió invertir más de 400 euros en la instalación de unos bancales elevados para facilitar la tarea de sembrado a los menores. Algunos progenitores dedicaron la mañana de ayer a rellenarlos de tierra cedida por el consistorio. Los retoños, contentos de cambiar libretas y bolígrafos por carretillas y fesorias, también echaron una mano de buen grado. Fue el caso de Manuel Álvarez, que acudió acompañado por su padre Julián. "La iniciativa está muy bien porque te permite trabajar en equipo y al aire libre. Nosotros nos ocupamos de todo, desde regar hasta hacer trasplantes en el huerto", explicó el primero. "Una vez a la semana Conchi nos baja al patio y lo que recolectamos lo entregamos en el comedor. Los pulgos que sobran van para una compostadora comunitaria que nos permite obtener abono en el futuro", explicó el joven. El huerto escolar de Infiesto se puso en marcha durante el pasado curso escolar en colaboración con el Ayuntamiento y con colectivos como "Piloña Saludable", con el fin de fomentar el respeto hacia el medio rural en el concejo.

Los padres de alumnos como Estela López hacen un "balance muy positivo" de la actividad. "Les ayuda a comprender el ciclo de las plantas, el agua o las estaciones y de paso hacen un poco de ejercicio", valoró.