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Los ecologistas dirían sí al tren a los Lagos si se eliminase la carretera desde Covadonga

Establecer un cupo máximo diario de visitantes por el actual acceso rodado, la opción preferida de los conservacionistas

La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies está dispuesta a decir "sí" al tren de cremallera a los Lagos con una condición: eliminar la actual carretera entre Covadonga y Buferrera y regenerar el terreno que ocupa. El portavoz del colectivo, Fructuoso Pontigo, admitió ayer que un tren eléctrico causaría "mucho menos impacto" que la actual carretera, que registra un tráfico de más de 150.000 coches al año y suma 60 autobuses subiendo y bajando continuamente en las etapas vacacionales. Pero a su juicio no bastaría con cerrar la carretera a los vehículos a motor, como propuso el alcalde cangués, José Manuel González (PP), pues "la experiencia dice que en Asturias eso no se cumple nunca, y acabaríamos teniendo dos accesos en vez de uno".

El colectivo conservacionista cree que el proyecto del tren a los Lagos no se puede comparar con los que ya existen en Suiza o en el valle de Nuria catalán, porque allí "no hay accesos por carretera, y en los Lagos, sí la hay". En opinión de Pontigo, el parque nacional está "saturado" y lo que hay que afrontar es esa saturación, "y no atraer aún más turistas". De ahí que la alternativa preferida por los conservacionistas sea "regular la gente que supe, estudiando la 'huella' que puede aceptar el parque nacional"; esto es, el número de visitantes aceptable para evitar impactos graves. A partir de ahí debería establecerse un "cupo diario máximo de visitantes" por el actual acceso rodado desde Covadonga, algo que podría completarse con una central de reservas, lo que permitiría mantener "el mismo número de turistas actual, pero repartido de otra manera: menos en julio y agosto y más el resto del año". Destacó que este sistema de cupos ya se aplica en parques nacionales como los del Teide o las Cíes, e incluso en lugares como Muniellos ("donde los cupos no suponen ningún drama", destacó el conservacionista) o la cueva de Tito Bustillo.

"Lo que ocurre actualmente, con miles y miles de personas subiendo en poco tiempo no hay sistema de transporte que lo aguante", señaló Pontigo, quien animó a los ciudadanos a preguntarse si "vale todo por el turismo". En su opinión, no, pues lo contrario es fruto de "mentalidades cortoplacistas". "El turismo de masas no interesa, como demuestra el hecho de que en Mallorca se estén derribando hoteles", añadió.

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