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Cangas de Onís pone cerco a la xenofobia

Más de 200 estudiantes del IES Rey Pelayo y 30 profesores, Premio Nacional de Educación por su iniciativa para defender a los emigrantes

Participantes en el proyecto premiado "Somos nombres" en el Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís, ayer C. CORTE

Camila Remis es venezolana, pero desde hace tres años estudia en el instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís. Allí participa en el proyecto sobre migraciones "Somos nombres", que acaba de recibir el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer, convocado por la Agencia Española de Cooperación (AECID). Su objetivo no es otro que el de conseguir que amigos y vecinos se comprometan activamente en la defensa de los derechos humanos de quienes como ella abandonaron su lugar de vida en busca de un futuro mejor. En su pericia no está sola. La acompañan 30 profesores y más de 200 alumnos y exalumnos del centro cangués, que desde el curso 2015-2016 trabajan en el ámbito socioeducativo para combatir la xenofobia. Lo hacen utilizando como vehículo de expresión la fotografía y la música.

El diseño y desarrollo de "Somos nombres" contó con el asesoramiento del Centro de Profesorado y Recursos (CPR) de Gijón-Oriente y de las entidades Acción en Red Asturias, Amnistía Internacional y Coordinadora ONGD del Principado de Asturias, cuyos representantes visitaron ayer el instituto, donde pusieron en valor el esfuerzo de los chavales. "Este premio reconoce un trabajo bien hecho pero el camino continúa. Enhorabuena porque sois necesarios agentes del cambio", les dijo la exalumna del centro y actual directora de la Agencia de Cooperación al Desarrollo, Gimena Llamedo.

Su opinión la compartía la profesora y coordinadora del proyecto, Palma Aparicio, que asistirá junto al Seminario de Intercambio y Formación de Buenas Prácticas en Educación para el Desarrollo que se celebra en Senegal desde el sábado y hasta el 29 de octubre. "Hemos aprendido mucho y seguiremos trabajando juntos contra el rechazo al otro", afirmó. En la misma línea se expresó el asesor técnico docente del CPR de Gijón-Oriente, Carlos Pérez, que abogó por romper mitos y estereotipos sobre los emigrantes a través de una metodología de aprendizaje y servicio abierta a toda la comunidad. "Queríamos que los chavales fueran los protagonistas y que se implicaran dentro y fuera de las aulas".

De que lo consiguió dan fe testimonios como el de Mayra Fernández, de 3.º de la ESO, que empatizó con los emigrantes revisando fotografías de niños que tuvieron que huir a Méjico durante la guerra civil o Manuel Franco, de 2º. Bachillerato, que a través de películas reflexionó sobre qué lleva a la gente a escapar de sus hogares pero también la brasileña Brenda Asis que dio las gracias a sus compañeros "por dar voz a los que venimos de otros sitios".

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