El patronato de la Fundación Faustino Sobrino de Llanes firmó ayer la paz, o una tregua al menos. El acuerdo entre los patronos incluye, al contrario de lo anunciado hace unos días, la continuidad del gerente, Daniel Marcilla, mientras que la directora, Sor Carmen García, ha decidido jubilarse el próximo 15 de diciembre. El objetivo ahora es "salvar" la fundación, que ha perdido más de 4 millones de su patrimonio en los últimos ocho años, hasta quedarse en los 3 millones actuales.

El patronato, que se reunió ayer en sesión extraordinaria, subrayó que en ningún momento se planteó echar a las monjas que gestionan la residencia Faustino Sobrino y permanecerán en ella como hasta ahora lo han hecho". La directora, pese a su jubilación, seguirá manteniendo su actividad religiosa para con los residentes, así como su acompañamiento y atención. Su puesto queda vacante, "a expensas de que una nueva religiosa, con el perfil adecuado, pueda hacerse cargo en el futuro, dado que, ahora mismo, no la tienen", señaló el patronato.

El gerente asume un comunicado público en el que manifiesta que nunca procedió de mala fe y que se vio sobrepasado por las circunstancias. "No ha sido mi intención en ningún momento molestar a nadie. Si alguien se ha sentido ofendido pido disculpas, pero mi única preocupación ha sido sacar adelante la fundación", señala el gerente, que anuncia que no volverá a hacer declaraciones y que seguirá trabajando en beneficio de la Fundación.

Se decidió por unanimidad que Sor Carmen García, aunque deja el patronato al cesar como directora, seguirá en él como "miembro de reconocido prestigio social y moral", una vez que así lo apruebe el pleno municipal.

Los patronos aclararon que las cuentas de la Fundación son públicas y están depositadas en el correspondiente registro del Protectorado, por lo que "no hay ocultación posible". Para "poner un poco de luz", adjuntaron un resumen de la cuenta de resultados de la Fundación de los últimos dos años, que revela que el "problema" no es otro que el hecho de que los ingresos financieros no dan para cubrir las pérdidas de explotación. Y que estas, mantenidas en el tiempo, "están llevando a la descapitalización de la Fundación, al comerse su patrimonio". Así, el resultado de explotación desde el ejercicio 2006 hasta el 2015 arroja unas pérdidas de explotación acumuladas de 3.515.771 euros.

Pero la Fundación ha perdido aún más, por encima de los 4 millones de euros. Ello porque en el año 2009 el patrimonio de la Faustino Sobrino ascendía a 7,3 millones de euros, según el Tribunal de Cuentas, mientras que ahora se sitúa en unos 3 millones, según los datos aportados ayer por los patronos, que agradecieron a las trabajadoras de la Fundación "su esfuerzo, su apoyo y dedicación a los residentes", y a los usuarios y a sus familiares su "comprensión y paciencia".

Los patronos destacan finalmente que la residencia necesita "reformas e inversiones" que, una vez que se salve "este trance organizativo", se acometerán " lo antes posible".