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Ribadesella mueve pieza

"Es más fácil que aprender matemáticas de manera normal", dicen los alumnos del Fernández Juncos del sistema para fijar conocimientos mediante el ajedrez

Los niños riosellanos, jugando al ajedrez en clase. CRISTINA MURUZÁBAL

"Esto es más divertido que el libro". Nicolás, alumno de 2º de primaria, lo tiene claro al hablar de las clases que recibe a través del ajedrez. Y es que en su centro, el Colegio Público Manuel Fernández Juncos de Ribadesella, llevan ya dos años con un sistema que canaliza las clases de refuerzo a través de este deporte.

No se trata del ajedrez como actividad extraescolar, como ya se imparte en algunos colegios del Principado, sino que, como explica uno de los profesores que imparte clases en el aula habilitada para jugar al ajedrez, Jaime Santos, "el grupo se une y se va trabajando con los criterios de evaluación del currículo".

Lo que los impulsores de este programa buscan es "diseñar tareas" que tengan relación con los aprendizajes y contenidos de las diferentes áreas para que, de esa manera, "el ajedrez se convierta en un recurso que refuerza todo aquello que los alumnos tienen que aprender". El objetivo de cara al año que viene es continuar desarrollando este programa y "seguir diseñando tareas para implantar el ajedrez en las clases habitualmente". Así, pretenden conseguir que este deporte sea un recurso de enseñanza más.

Una manera de hacerlo, por ejemplo en el caso de las matemáticas, es que a la vez que los chicos van aprendiendo los diferentes movimientos de cada pieza y las estrategias que pueden seguir, van haciendo, según el curso en el que estén, problemas de mayor o menor dificultad. En el caso de los alumnos de 2º, repasaron las sumas y las restas con ayuda del tablero. El sentir general de la clase ante el ejercicio lo resume Claudia, quien estaba encantada porque "es más fácil que aprender matemáticas de manera normal".

Además, para motivar a todos los alumnos a ir mejorando en el ajedrez, cada año se realiza un torneo entre cursos, y después los mejores de cada uno se enfrentan en una fase final. "Yo el año pasado jugué con los mayores y me lo pasé muy bien", presume Martín, el campeón de su curso en el último torneo. Y parece que el método funciona porque Sara está decidida a ganar este año: "Voy a jugar mucho al ajedrez para llegar a la final en el torneo". No solo eso, sino que estas actividades también han despertado el gusto por el ajedrez en más de uno. "Yo gané a mi padre tres veces", comenta Hugo muy orgulloso.

Los alumnos aprenden y disfrutan a partes iguales jugando al ajedrez en el aula y además, como explica Jaime Santos, es una forma "más fácil" de repasar y fijar los conocimiento. Y los alumnos lo disfrutan. Para Claudia, la escuela sería ideal si tuvieran "todo el día ajedrez, gimnasia, música y nada más".

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