Los vendedores ambulantes asiduos al tradicional mercado de los domingos en la ciudad de Cangas de Onís, conocido en como " la plaza", no dan crédito a la cantidad de palomas arremolinadas en ventanales y viseras del edificio Palaciu Pintu, en cuyos soportales y alrededores se celebra esa cita, con gran variedad de quesos de los Picos de Europa, así como infinidad de productos de la huerta, entre otras cosas. Los excrementos de las palomas que aposentan en el susodicho Palaciu Pintu, sede de la Agencia Tributaria, son una verdadera molestia también para los viandantes que buscan algunas de las exquisiteces gastronómicas que ofrecen los vendedores en "la plaza". Los excrementos de las aves perjudican a los puestos de alimentación, por lo que se exigen medidas al Ayuntamiento para tratar de atajar el problema, informa J. M. C.