La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Gelo Alonso, el barbero que recorría veinte kilómetros para cortar el pelo a sus vecinos

"Es una alegría y un orgullo", celebra el nonagenario de Villamayor de su nombramiento como "Paisano del añu"

Gelo Alonso. CRISTINA MURUZÁBAL

Ángel Alonso, Gelo para quienes le conocen, es una persona activa, alegre y con muy buena memoria. A sus 94 años, este vecino de la localidad piloñesa de Villamayor y natural de Infiesto es capaz de relatar toda su vida con fechas y detalles, desde su paso por la mili hasta su negocio como barbero en el pueblo, pasando por su familia. Su vida ha estado ligada tanto a la localidad como a sus vecinos, de los cuáles no hay uno solo que no conozca a Gelo, por lo que la Comisión de Festejos de Villamayor ha decidido otorgarle el galardón de "Paisano del añu", un nuevo premio que en esta primera edición recae en él ,en "El Barberu".

"Recibo este premio con mucha alegría y orgullo, no lo esperaba", cuenta Alonso emocionado. Sin embargo, méritos para merecerlo ha hecho de sobra.

Ángel Alonso tuvo que abandonar Piloña joven, con 20 años. Corría el año 1943, una época complicada a nivel mundial con la II Guerra Mundial a la vuelta de la esquina y la tensión que se vivía en las grandes potencias mundiales, pero él tuvo "mucha suerte". "Yo fui a hacer la mili a Valladolid con el oficio de barbero ya aprendido, así que cuando llegué dije a lo que me dedicaba y al principio no me creían porque pensaban que quería escaquearme", cuenta, divertido. Sin embargo, probó que decía la verdad y pasó los tres años que duró su servicio militar "sin coger el mosquetón ni hacer guardias". Por eso, se considera a sí mismo "un afortunado".

Así, al volver a Infiesto comenzó a trabajar en una barbería hasta que se cruzó en su camino Chelo Martínez, una vecina de Villamayor a la que él ya cortejaba antes de marchar a la mili. Tras su boda, el 2 de febrero de 1951, se mudó al pueblo de su mujer y se convirtió en el peluquero oficial del pueblo, ya que montó una barbería frente al Palacete Real.

De hecho, si alguien puede considerarse un enamorado de su oficio ese es Gelo Alonso. Tanto es así que este gran aficionado a las caminatas recorría ya después de su jubilación "entre 15 y 20 kilómetros para llegar a las casas de los vecinos que no podían salir" para seguir cortándoles el pelo.

Así, este barbero de corazón ha visto cambiar el pueblo y a sus gentes y ha sabido adaptarse a los cambios y ganarse el cariño de cuantas generaciones ha conocido. "Cuando me case, por ejemplo, no había ni agua casi en ninguna casa, había que ir a las fuentes públicas", recuerda Alonso.

El viernes será el día en el que Gelo Alonso reciba la placa que le distinga como "Paisano del añu" de Villamayor, un premio que recae en él, según cuentan desde la comisión, por ser "parte de la memoria viva" del pueblo. Para esa ocasión tan especial, va a estar rodeado por toda su familia, entre los que se encuentran sus dos hijas, Margarita y Roly, sus dos nietos y sus cuatro bisnietos.

Sin duda, será un momento muy emotivo para este carismático barbero. Aunque, eso sí, él ya anuncia que no sabe si va a poder subir a por el premio, ya que las piernas no le responden como antes. Sin embargo, suba o no, la emoción de saberse tan querido no se la quita nadie.

Compartir el artículo

stats