D. O.

La concejala de Parques y Jardines, Paloma Gázquez, ha logrado un acuerdo con la Consejería de Cultura del Principado para eliminar la maleza que desde hace doce años crece en el mayor tramo de la muralla medieval de Oviedo, construida en el siglo XIII y catalogada como bien de interés cultural desde 1931.

Pero Gázquez no se queda ahí en sus pretensiones. La edil quiere que «las buenas relaciones» que se han establecido en este aspecto con los responsables regionales den aún para más. «Nos gustaría poder actuar en el entorno del Prerrománico y en el jardín del convento de las Pelayas», explicó la edil.

La intención del Ayuntamiento es colaborar con la Consejería de Cultura, a través de su servicio de Patrimonio Histórico y Cultural, para poner en valor estos elementos.

La limpieza de la muralla que ayer se inició necesitaría también la colaboración de las autoridades religiosas. Lo más complicado de retirar y lo que más problemas puede ofrecer a los técnicos es la hiedra. Las matas de hiedra que ayer cortaron los operarios municipales están enraizadas al otro lado de la muralla, en terrenos que pertenecen al convento. «Lo ideal sería poder actuar en las huertas del otro lado, porque así se evitaría que la hiedra volviera a crecer», explicaron los responsables municipales. Ayer se retiraron las primeras ramas, con alrededor de dos metros de longitud, que han tardado años en crecer. «El crecimiento es lento, pero sería perfecto eliminarlo todo», apuntaron los técnicos.