Economista y pregonero de las fiestas de Sograndio

D. GONZÁLEZ

José Alba Alonso, profesor de la Universidad de Oviedo, es experto en economía internacional, a la que une su pasión por la naturaleza. Pionero en los estudios de Economía Medioambiental en Asturias hace 20 años, este ovetense de orígenes somedanos es el pregonero este año de las fiestas del Carmen de Sograndio. A esta localidad ovetense le une una estrecha vinculación que le ha llevado a contribuir en un libro sobre los cien años de las escuelas del pueblo.

-¿Qué es lo que más valora de las fiestas del Carmen?

-La convivencia. Sograndio es muy distinto de otros pueblos de la zona central de Asturias, en los que los vecinos tienen internet, pero no andan por la caleya, no se relacionan entre ellos. En Sograndio, gracias a la vitalidad de la Asociación de Vecinos, las fiestas van cada vez más hacia arriba.

-¿Y su relación personal con Sograndio?

-Mi abuelo fue maestro allí antes de la Guerra Civil. Y fue gracias al contacto de mi familia con la gente del pueblo que comencé a colaborar en actividades de las que me siento muy orgulloso.

-¿Influyó eso en su amor por la naturaleza?

-Sin duda. La fiesta se celebra en un lugar mágico. Le debo mi afición a un profesor, Fernando Robles, que nos llevaba a los chavales del instituto de excursión a zonas como el monte de la Medina.

-¿Qué puede aprender la economía del medio ambiente?

-A diferencia de lo que se pensó durante mucho tiempo, se trata de dos realidades que están muy vinculadas. La naturaleza aporta recursos al hombre, y éste aprovecha los que le interesan según su propia coyuntura. El problema es cuando la acción humana desgasta y contamina la naturaleza.

-Como en el caso de los incendios.

-Este problema tiene un componente social, que es el abandono de los pueblos. Antes, existía en el medio rural gente capacitada para atajar los incendios. Ahora, dependemos de los profesionales.

-¿ Y la crisis?

-La solución pasa por que organismos internacionales como la ONU adopten medidas efectivas.

-¿Cómo afecta a Asturias?

-Tenemos cierta ventaja, porque ya estamos acostumbrados a las reconversiones. Lo que pasa es que esto va para largo. Hay que diversificar. Vivir en las zonas rurales que, como Sograndio, mantienen su naturalidad y condiciones sociales, puede ser una alternativa.

-¿En qué sentido?

-Como dijo en una ocasión Valentín de Andrés, «¿cree que este paisaje tan hermoso no vale nada? Ya verá cuando lo vendan como antigüedad».