Ángel FIDALGO

Mide apenas 40 centímetros y patrulla los 250 kilómetros de la red de alcantarillado de la ciudad, detectando averías y solucionándolas en el menor tiempo posible. Se trata de un pequeño robot, a simple vista parece un juguete, que utiliza Aqualia, la empresa concesionaria del servicio de agua en Oviedo, para reparar grietas en las tuberías.

En la calle Baldomero Fernández, en el barrio del Cristo, LA NUEVA ESPAÑA asistió a una de las patrullas rutinarias del robot. Por medio de una cámara se realiza la inspección de la tubería para hacer un rápido diagnóstico de la zona. El robot, primero de este tipo que hay en España, tiene un equipamiento que le permite medir distancias, pendientes y localizar el lugar exacto donde tiene que actuar. Con este sistema, el coste de las reparaciones es un 70 por ciento inferior al de los métodos convencionales.

El gerente de Aqualia, Alfonso Tomás, destaca la importancia que tiene esta moderna tecnología «para poder actuar con la máxima rapidez y eficacia». También alude al componente de prevención, «ya que ante un pequeño deterioro en la red lo podemos reparar antes de que provoque una seria avería».

Una vez introducido el robot en la tubería por una alcantarilla, se dirige a distancia por la red desde el centro de control, situado en el interior de una furgoneta, desde donde se reciben todas las imágenes, que son en color y tienen una gran definición. El técnico manipula el robot y orienta su cámara de televisión en todos los sentidos para realizar una completa revisión de la tubería.

El robot está dotado con un escáner óptico en 3D que toma miles de fotografías digitales de alta resolución desde ángulos distintos de la canalización. Posteriormente, un equipo informático compone, basándose en esas fotografías, una película tridimensional. Se trata de una película interactiva que permite generar vistas desde multitud de ángulos distintos, para comprobar cualquier detalle de la canalización.

La concejala de Agua y Saneamiento, Isabel Pérez-Espinosa, destacó los beneficios que reporta el robot para los ciudadanos de Oviedo. «No hay que hacer obra civil, lo que evita las molestias correspondientes a los vecinos, se consigue también un importante ahorro económico, ya que la obra se reduce a lo mínimo al no tener que levantar aceras o el pavimento de las calles ni perforar hasta acceder a la tubería, y permite también hacer la reparación en mucho menos tiempo».

El robot se equipa con un tubo de fibra de vidrio y resina de poliéster para realizar las reparaciones y las impermeabilizaciones en el interior de las tuberías. El tubo, que originariamente tiene una pequeña sección, una vez que es conducido hasta el lugar de la avería se hincha hasta dejar sellada toda la zona. Se denominan manguitos obturadores y tienen una eficacia probada en los desperfectos más frecuentes, que son los causados por compactación del terreno, por las raíces de los árboles o por las vibraciones del tráfico rodado, entre otros.