En muchas ocasiones, la programación musical de Oviedo recibe duras críticas por estar demasiado centrada en la llamada música «clásica». Otros pensarán que la ciudad ha sido inteligente al saber diferenciar su oferta musical respecto a Gijón y Avilés, y que entre las tres ofrecen casi todo el rango sonoro que hoy en día puede escucharse.

Por eso el concierto-espectáculo que pudo escucharse el sábado en el Auditorio tiene un doble valor. Primero, por su contenido solidario. El dinero recaudado con la venta de entradas para este «Cine en concierto», que contó con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA, se dedicará a los alumnos que la Fundación «Padre Arrupe» tiene en El Salvador. Después, el público que casi llenó el Auditorio pudo disfrutar de una «vuelta de tuerca» sobre el repertorio sinfónico habitual de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), dedicado esta vez a algunas de las bandas sonoras más reconocibles de la historia del cine.

La emoción comenzó con la fanfarria de la «20th Century Fox», uno de los estudios míticos del Hollywood más brillante. Su música sirvió para trasladar al Auditorio a una sala de cine especial, y le preparó para la selección de fotogramas que ilustró el espectáculo.

A partir de ahí, la unión de música e imagen fue suficiente para iniciar el viaje. Desde el oeste de «Los siete magníficos» (1960) hasta la canción más conocida de Gene Kelly en «Cantando bajo la lluvia» (1952), la segunda propina que los músicos regalaron a un auditorio que no se habría negado a que la ilusión de este viaje cinematográfico continuase un poco más.

Pero la orquesta no estuvo sola. Los músicos siguieron la batuta del «patrón» del viaje, Juan José García Caffi, para trasmitir la emoción de Forrest Gump (1994) o la grandiosidad de «Carros de Fuego» (1981). Y en algunos números, las voces de Juan Coloma y Florencia Aragón se sumaron a la OSPA para personificar a las estrellas del cine proyectadas en pantalla.

La primera para Coloma fue «Moon river», tema central de la película «Desayuno con diamantes» (1961). A partir de ahí, el «crooner» madrileño fue creciendo hasta llevarse el aplauso de la jornada con una intensa interpretación de «New York, New York» (1977), uno de los éxitos de Frank Sinatra.

A su compañera, Florencia Aragón, le tocó primero emular a Liza Minelli en «Life is a cabaret» (1972), en un crescendo de coquetería y pasión vocal que contribuyó a elevar el voltaje de la jornada. Juntos, Coloma y Aragón, cantaron «La vie en rose», de la película biográfica dedicada a Édith Piaf, «La môme» (2007).

La OSPA rindió a un alto nivel durante toda la velada, con momentos de especial lucimiento en dos piezas clave en la cinematografía: el tema principal de «Memorias de África» (1985) y el «Desfile de cuádrigas» de la película «Ben-Hur» (1959).

Al final, el público pagó con aplausos el trabajo de todos los que, unidos, consiguieron llevar el «Cine en concierto» a buen puerto. Tanto a los músicos que llenaron el escenario, como a quienes, al otro lado del Atlántico, desarrollan cada día el proyecto con el que la Fundación «Padre Arrupe» pretende formar a los jóvenes para que tengan un futuro casi de película.