A pesar de la decepción por verse fuera de la final, Gustavo Bueno Sánchez avanzó que «buena parte de los proyectos que se han configurado probablemente se puedan desarrollar». En la misma dirección, Rodolfo Sánchez confió en que Oviedo «aproveche lo andado para potenciar la imagen cultural» de la capital asturiana: «Debemos explotar lo que ya hemos hecho, porque hemos competido en igualdad de condiciones con algunas ciudades de mayor presupuesto; nadie debería quedar decepcionado, ya que la única decepción habría sido no haber competido con dignidad».

Una vez hecho público el fallo del jurado de la capitalidad, en algunos corrillos se resaltaba el hecho de que el PSOE gobierna en cuatro de las seis ciudades elegidas: San Sebastián, Zaragoza, Segovia y Las Palmas de Gran Canaria. Izquierda Unida ostenta la alcaldía de Córdoba, y el PP está al frente del Ayuntamiento de Burgos. Entre las ciudades eliminadas la proporción es la contraria: el PP gobierna en seis de las nueve ciudades que no han pasado a la selección final y el PSOE, sólo en dos, aunque el carácter europeo del jurado -formado por trece miembros, seis propuestos por la ministra de Cultura y siete por las instituciones comunitarias europeas- no hacía pensar en una designación por «criterios políticos».

Finalizada la primera fase de la selección, Cultura tiene ahora que aprobar la lista de ciudades propuesta por el jurado. Una vez superado ese trámite, las seis elegidas tendrán poco más de nueve meses para profundizar en el contenido de sus proyectos e incorporar las recomendaciones del jurado. En julio de 2011 el comité volverá a reunirse para elegir, entre las seis finalistas, la ciudad española que será capital europea de la cultura en 2016. Después, la localidad será presentada por el Ministerio ante las instituciones europeas para que, posteriormente, el Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) la designe de forma oficial.

San Sebastián en el norte y Córdoba en el sur partían como favoritas en todas las encuestas previas a la elección de ayer, y el resultado confirmó sus expectativas. Otras ciudades que también daban por seguro su paso a la final, como Santander, Cáceres u Oviedo, vieron como su sueño europeo se terminaba en favor de Las Palmas, Segovia o Burgos.

El alcalde donostiarra, Odón Elorza, no pudo ocultar su emoción ante el paso adelante de una candidatura que, según el regidor, «se sirve de la cultura como instrumento de convivencia frente al conflicto, la violencia y el terrorismo en el País Vasco». En el caso de Córdoba, su alcalde, Andrés Ocaña (IU), calificó el éxito de la candidatura andaluza de «hito histórico» y de «premio al trabajo bien hecho y a la ilusión colectiva de toda la ciudad». Un reconocimiento europeo por el que Oviedo aún tendrá que esperar.