Chus NEIRA

Expedientados y orgullosos. Hablan a título particular aunque son tres de los catorce militantes expedientados por el PSOE cuando censuraron públicamente la decisión de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) de evitar un proceso de primarias para elegir como candidata municipal a Paloma Sainz. Gonzalo Cuervo, Alfonso Camba y Avelino Alonso y el resto de los afectados por aquel castigo han visto ahora cómo el Tribunal Supremo confirma sentencias anteriores y anula las sanciones, lo que consideran un triunfo de la «libertad de expresión» y de la «democracia interna» en los partidos.

Estos tres socialistas -sólo uno de ellos, Alfonso Camba, sigue siendo militante; Gonzalo Cuervo anuncia que solicitará ahora el reingreso y Avelino Alonso asegura que no volverá mientras siga la misma dirección- confían en que la sentencia del Supremo ayude a que se respeten los estatutos y a que los militantes, de uno u otro partido, puedan expresarse libremente sin ser sancionados por ello.

Gonzalo Cuervo resume la situación con la «sorprendente» constatación de que «los expulsados de la Agrupación Municipal Socialista somos la vanguardia en defensa de la libertad de expresión en el seno de los partidos políticos españoles». Proclama con orgullo su pertenencia a este grupo y recalca que la sentencia «constata que la consecución de las libertades no es gratuita, sino que es el fruto de las convicciones y de la lucha».

Alfonso Camba, que deja claro que ni pertenece ni desea pertenecer «a ninguna familia de la AMSO», muestra una «doble satisfacción». La primera, la de ver respaldados por el Supremo sus principios sobre democracia interna y libertad de expresión. La segunda, «si cabe mayor», es la de pensar que este fallo «abre la brecha para que los militantes de los partidos políticos puedan ejercer la democracia interna y la libertad de expresión sin temor». El varapalo, precisa, no es para el partido, y sí «para los gestores temporales del PSOE, que tomaron el partido como algo de su patrimonio, cuando es de todos los ciudadanos».

Todos coinciden en agradecer en este momento «el apoyo de ciudadanos y afiliados que nos mostraron su confianza en momentos difíciles» y en extender su agradecimiento a su abogado, Juan Antonio Rodríguez, que defendió a los expulsados en los primeros juicios, aunque no en este último proceso.

Porque Avelino Alonso destaca, precisamente, que ésta es ya «la tercera vez que la justicia les da la razón». Que haya sido el Supremo, sigue, «pone en su sitio a la FSA y a la AMSO», y le sirve para recordar a los dirigentes «que hay estatutos y que hay que respetarlos, porque el partido no tiene ni dueños ni amos». Alonso también se pregunta por qué acudió el PSOE al Supremo, donde ellos no se personaron por el coste económico que suponía, y se pregunta «quién pagará lo que supone al partido este juicio». Los tres militantes confían en que esta sentencia ayude a que no se repita ese ataque «al débil, al militante», que se produjo cuando fueron sancionados.