E. VÉLEZ

Los trabajos para evitar nuevas inundaciones en Bueño ya han comenzado. Los operarios de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) dieron ayer los primeros pasos para que las casas de la localidad de Ribera de Arriba no vuelvan a tener más de un metro de agua en su interior.

Con un presupuesto de 400.000 euros perteneciente al plan de emergencia para paliar los efectos de nuevos desbordamientos, la actuación incluye dos fases bien diferenciadas, con un plazo de ejecución que marca el final de las obras en el primer trimestre de 2013. La primera parte del plan supone retirar los áridos del entorno de la pasarela peatonal de Palomar. El objetivo de esta acción es impedir que el nivel del agua no supere los niveles de seguridad para el pueblo y se produzca «un efecto rebote». La segunda operación consiste en levantar cerca de un metro el dique que une el puente de Palomar con las inmediaciones del arroyo de Ferreros, gracias a la tierra procedente de la draga anterior.

CHC volcará los áridos sobrantes en el espacio que rodea las instalaciones de la Fundación Laboral de la Construcción en espera de que comience el plan parcial de Bueño.

El presupuesto destinado a Bueño forma parte de los 3,2 millones de euros que la Confederación ha destinado a todos los pueblos asturianos afectados por las riadas, en concreto en 29 concejos.

Las mayores inundaciones en Bueño ocurrieron en junio de 2010, cuando una intensa lluvia provocó que el agua alcanzase cotas insospechadas y muchos vecinos perdieran gran parte de sus pertenencias e incluso tuvieran que abandonar sus hogares ante la imposibilidad de vivir en ellos. El drama volvió a repetirse, aunque con menor intensidad, el pasado mes de febrero. Los habitantes no podían creerse que el pueblo sufriera dos inundaciones en menos de dos años. Desde 1963 y hasta el desastre de 2010, Bueño no había vuelto a estar con el agua al cuello. Fueron muchas las voces que se alzaron en defensa de la localidad de Ribera de Arriba, y sus habitantes reclamaron soluciones de inmediato.

Entre las obras más urgentes y reclamadas, se encuentran la draga del río Nalón a la altura del puente de Palomar y la draga del arroyo de Ferreros en su confluencia con el río Nalón, en la zona de El Esquileru. En concreto, la modificación de la cota de encauzamiento del arroyo para que sea acorde con el nivel de crecida del río en época de fuertes lluvias. Por último, es necesaria una limpieza profunda del cauce de manera regular para impedir la sedimentación de materiales y el desbordamiento del río.

Junto a las obras de la Confederación, Bueño se encuentra inmerso en los trabajos de reparación urbanística, que permitirán que luzca su mejor cara cuando reciba el premio de «Pueblo ejemplar» 2012.