Como presidente de la comunidad de propietarios de la calle Luis García Iberni, número 1, perteneciente a la localidad de Oviedo, me pongo en contacto con ustedes para dar publicidad a la actual situación que estamos padeciendo los vecinos de esta comunidad debido al deficiente e inaceptable estado de conservación de varias fincas anexas a nuestro edificio por parte de sus propietarios, los cuales hacen caso omiso a nuestras peticiones, poniendo de manifiesto su nula voluntad de solucionar el problema existente. Esta zona se ha convertido en un foco infeccioso de malos olores, proliferación de roedores, con elevado índice de riesgo de incendio, puesto que así consta en el informe técnico realizado por personal facultativo perteneciente al ilustrísimo Ayuntamiento de Oviedo, el cual es conocedor de esta situación desde hace ya más de un año, y a día de hoy no ha tomado cartas en el asunto, sino más bien todo lo contrario: opta por demorar la tramitación y resolución de los expedientes creados al respecto.

Esta comunidad de propietarios entiende que, ante la negativa de colaboración por parte de los propietarios de las fincas mencionadas para solucionar el problema, debería ser el propio ilustrísimo Ayuntamiento de Oviedo quien actuase de oficio, iniciando los trabajos de limpieza y adecuación de las mismas, cumpliendo de este modo una de sus principales funciones, que no es otra que dar auxilio y respuesta a las necesidades de sus ciudadanos, a los cuales representa, y que posteriormente reclamase administrativamente a cada propietario los costes de los trabajos realizados, en función de su parte de responsabilidad.

Mencionar, si cabe, que esta comunidad de propietarios dispone de fotografías que acreditan esta situación, las cuales también han sido enviadas al propio Consistorio, y estamos en disposición de aceptar cualquier tipo de medida que solucione el problema que padecemos, paliando de este modo nuestra inseguridad y miedo a que se produzca cualquier tipo de incidente, véase un incendio, que afecte no sólo a nuestra integridad física, sino también a la del resto de vecinos de la urbanización.