Se llamaba José García Braga y fue un farmacéutico que ejerció de alcalde de Oviedo entre los años 1902 y 1903. Fue a él a quien le correspondió, por ejemplo, dar el discurso de bienvenida a Alfonso XIII durante su visita a Asturias en 1902. Este sierense, natural de Hevia, volvió ayer, más de cien años después, al Ayuntamiento. Y lo hizo porque su familia, entre los que se encuentra Alberto Aza, exjefe de la Casa Real, cedió al Archivo municipal un cuadro con su fotografía que quedará en el Consistorio para siempre.

El acto de entrega se celebró ayer por la mañana en el edificio consistorial. Allí estaba Alberto Aza, que explicó que el cuadro permaneció hasta el día de ayer en la casa de su madre en Oviedo. Allí llegó, dijo, desde casa de su abuela, que era la hija de García Braga. "A todos nos pareció que era mejor que se conservara en el Archivo a que se dispersara", afirmó Aza, que explicó como anécdota que, en su época de farmacéutico, García Braga inventó lo que se conocía como la "sidra ferruginosa" de Asturias, una "fórmula mágica" que les venía estupendamente a las personas con anemia y a las embarazadas.

García Braga, del partido liberal, era farmacéutico de profesión. "O boticario", como se decía entonces, admite Aza. Tenía su farmacia en la esquina de la calle Cimadevilla con Altamirano y, dicen sus familiares, que era famosa por su tertulia, "de corte liberal", en la rebotica, que se celebraban mañana y tarde.

La familia de Braga cedió la foto, coloreada, sin solicitar contrapartida y con la condición de que no se done o se preste a terceros.