La burbuja de plástico que simula ser una bola de nieve en la plaza de la Catedral sufrió un ataque vandálico en la madrugada del domingo. Los asaltantes deshincharon la estructura al estropear uno de los motores que le insufla aire y destrozaron los focos, los árboles de cartón y el reno de plástico que hay en su interior. De hecho, al animal de Papá Noel le arrancaron un cuerno. El tren de Navidad que recorre parte del casco antiguo y algunas de las atracciones instaladas en el Campo San Francisco también sufrieron desperfectos.

La atracción navideña -patrocinada por una empresa de telefonía- cuenta con un vigilante de seguridad que, según algunas fuentes, estaba en su puesto de trabajo cuando sucedieron los hechos pero que por razones que se están investigando no evitó que los vándalos entraran en la bola de nieve. Pese a los desperfectos, la burbuja funcionó ayer de forma normal salvo por el detalle de que el reno le faltaba parte de su cornamenta (guardada por los trabajadores) y porque hubo que hinchar el plástico cada vez que alguien entraba y salía de él.

También el tren navideño que recorre el casco antiguo, con salida y llegada en la plaza de la Catedral, sufrió un ataque vandálico. El ferrocarril tenía un espejo retrovisor roto que no impidió que funcionara. "Esa noche lo estacioné en el Campo San Francisco en lugar de dejarlo frente a la Catedral porque creí que estaría más protegido, pero al ir a buscarlo esta mañana me lo encontré dañado", explicó ayer su propietario, Roberto Fernández.

Tampoco los feriantes instalados en el paseo del Bombé del Campo San Francisco se libraron del vandalismo. Según el presidente de la Fundación de Profesionales de las Atracciones en Ferias y Eventos de Asturias (Funfeas), David Rodríguez, algunas barracas amanecieron en mal estado. "Una atracción de hinchables y bolas de plástico apareció rota, como si hubieran usado una navaja y un mechero para romper la red de entrada, y faltaban varias bolas". Estas barracas permanecerán en Oviedo hasta el 6 de enero.