Un equipo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) implantó ayer, por vez primera en la región, un "micra", el marcapasos sin cables más pequeño del mundo. Este dispositivo fue instalado tras el implante de la válvula aórtica, solución para la que este nuevo modelo sin cables es considerada "un complemento perfecto" en determinados casos, según los expertos.

La intervención se llevó a cabo en el marco del I Curso Internacional de Implantación de Válvula Transcatéter, unas jornadas que congregaron el jueves y el viernes en el HUCA a más de un centenar de cardiólogos intervencionistas y enfermeros. El objetivo de estas jornadas se centraba en exponer las ventajas derivadas de implantar válvulas aórticas sin necesidad de cirugía abierta.

Con una décima parte del tamaño del marcapasos actual, el micra se coloca directamente en el corazón mediante un catéter insertado a través de la vena femoral. "La principal ventaja de esta tecnología es que no requiere del uso de cables para ofrecer terapia de estimulación; más bien, está unido al corazón a través de pequeñas patas y proporciona impulsos eléctricos a través de un electrodo situado en el extremo del dispositivo", señaló César Morís, director del área del corazón del HUCA.