El profesor Álvaro Ruiz de la Peña reconocía ayer que le resultaba difícil hablar de quien fue su amiga durante más de cincuenta años. Conoció a Coté Martínez Navia-Osorio, fallecida ayer, cuando se integró en la Universidad, recién llegada de Valladolid; se hicieron amigos y a partir de ahí compartieron muchos ratos en familia.

Contó que "Coté era una persona tremendamente educada, reservada, pero con una gran fuerza vital, muy disfrutona. Había superado la muerte de su hijo, que fue algo estremecedor, y ahora disfrutaba con placidez de la jubilación". "Era una mujer con un músculo cerebral fuerte", añadió y destacó también de ella "la discreción" y "la generosidad". Ambos compartían la afición por el ciclismo y en alguna ocasión, cuando alguna prueba importante pasaba por Asturias, habían quedado para verla.

Ramón Rodríguez fue su superior durante más treinta años como director de la biblioteca de la Universidad de Oviedo, donde Coté Martínez fue jefa de la sección de adquisiciones bibliográfica hasta hace seis años. "Era muy rigurosa, muy trabajadora y cumplidora, una profesional ejemplar", rememoraba ayer Rodríguez, que la reconoce como "un puntal en mi vida profesional". "Fue muy fácil trabajar con ella", admitió Rodríguez, muy amigo además de sus dos hermanos pequeños.