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Pando

Pando se queja de que los coches invaden con frecuencia el paso peatonal hacia el Naranco

Los vecinos reclaman una vía para llegar hasta el ambulatorio y que reparen algunas de las luces del barrio, que fallan por las noches

coches en la zona peatonal cuyo acceso tienen prohibido. Uno de los varios automóviles que ayer, al mediodía, pasaron por el tramo peatonal que une la zona de Pando y Villamejil con Ciudad Naranco. NACHO OREJAS

Los vecinos de Pando, en la falda del monte Naranco, se sienten "totalmente olvidados" por el Ayuntamiento de Oviedo. Vamos, que están que trinan. "Pagamos los impuestos como todos, pero el pueblo está totalmente abandonado. No hay por dónde cogerlo porque las deficiencias que sufrimos son muchas. Ya hubo hasta accidentes. Es como si no existiéramos".

Así coincidieron en denunciarlo ayer a LA NUEVA ESPAÑA el presidente de la asociación de vecinos y el tesorero, José Manuel García y Joaquín Ania, respectivamente, en el transcurso de un recorrido por el barrio ovetense en el que fueron señalando a este periódico una a una todas las deficiencias, "que nos complican demasiado la vida a todos los vecinos", coincidieron en afirmar los dos representantes vecinales.

Empezaron por lo que consideran más sangrante y también más absurdo. Desde Villamejil a Prados de la Fuente hay una carretera asfaltada que termina en una pequeña rotonda. Resumiendo, no llega a ningún lado. Delante, las rodadas de camiones en un prado indican a los vecinos por dónde deben pasar para llegar al ambulatorio atajando.

A la izquierda, un paso peatonal, de escasa anchura y con una señal que prohíbe la circulación de vehículos, es la otra opción que tiene el vecindario para llegar a Ciudad Naranco, eso sí, dando un importante rodeo.

Pero esto no es lo peor, ya que el paso peatonal es utilizado frecuentemente por los automóviles. Ayer, en un cuarto de hora pasaron seis vehículos, uno de ellos era una furgoneta del Ayuntamiento. Los peatones se vieron obligados a apartarse rápidamente. Además, se trata de un paso que es muy transitado.

"Los vecinos de Fitoria, Villamejil y Toledo, que en su mayor parte es gente mayor, tienen el ambulatorio en Ciudad Naranco, pero no tienen comunicación porque la dichosa carretera está cortada de forma incomprensible", insistieron.

"Cuando Caunedo era alcalde, de acuerdo con IU, se aprobó continuar la carretera, incluso tenía un presupuesto consignado, pero no sabemos qué pasó, y hasta ahora", se lamentaron.

Otro de los caballos de batalla es el desbroce. El último lo hizo el Ayuntamiento el pasado mes de diciembre, pero sólo en la carretera general, y el resto de los caminos quedaron como estaban.

"La Carretera de las Monjas, que es la que va a Pontón de Vaqueros, un argayo la corrió tres metros en un tramo y ni la tocaron", advirtió Ania al tiempo que precisaba que no pretenden que el Ayuntamiento lo haga todo a la vez. "Sólo que no nos olvide".

Más. En Pando la parada del autobús urbano, conocida como la del estanco, trae de cabeza a los vecinos, pero por el deteriorado firme de la calzada, que ya causó la semana pasada la caída de una vecina. "El asfalto, con el peso de los buses, se hundió y aparecieron grandes relieves con los que es fácil tropezar. Son una trampa, sobre todo, de noche, como así ya ocurrió", sentenció Ania y luego recalcó que de esto también había informado al Ayuntamiento.

Con el alumbrado pasa lo siguiente: "Dan las luces cuando empieza a oscurecer, pero al cuarto de hora de estar encendidas se apagan porque falla el dispositivo que las regula", denunció José Manuel García, que calificó de "despropósito" lo que ocurre en Pando. "Y es que no hacen nada aunque regales el terreno. Un vecino cede al Ayuntamiento parte del suyo para que continúe una acera y que los vecinos no tengan que salir a la carretera con el consiguiente peligro. Y ni caso, es para desesperarse", lamentaron los representantes vecinales.

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