El arzobispo Jesús Sanz Montes evocó el adverso clima durante varios momentos de la Semana Santa ovetense -motivo de suspensión de algunas procesiones-, pero tomó esa circunstancia para construir una metáfora sobre los contenciosos entre el tripartito del Ayuntamiento y las cofradías ovetenses.

"Este año ha habido nubes en tantos cielos, y todas nos han merodeado con sus tormentas. Algunas han descargado, con su poca gloria. Otras tan sólo amenazaron con su acostumbrada pena. Pero los augurios de temporales organizados a toda orquesta, son ya cosa pasada. La nota la dieron, pero tamaño concierto no tuvo aplausos más que el desconcierto de su enojo y la triste exhibición de su plumero", relató el mitrado al comienzo de su homilía en la misa de Resurrección que presidió ayer en la Catedral, a las doce del mediodía.

En dicho sermón alentó también a los cofrades de todas las hermandades ovetenses: "Vuelvo a reiterar mi afecto por todos vosotros, mi comprensión cercana, mi gratitud eclesial, y el deseo de que sigáis caminando en comunión real entre todos sin rivalidades". Después, echó un vistazo al mundo para afirmar que, respecto a los atentados de Bruselas, "a uno se le congela el canto cuando vemos el paisaje del terror terrorista que nos sume en susto y en miedo".

También se dirigió a "los paisajes de las corrupciones, de los aprovechados de siempre y de los alevines que han encontrado tajo para sacar también ellos tajada de aquello que con desparpajo y demagogia tanto critican vendiéndonos a troche y a moche su maquillada y trasnochada ideología" . Y, finalmente, "pienso en la gente que lo pasa mal de veras, quien ha perdido el trabajo, quien no lo ha estrenado todavía en medio de su juventud cansada de esperar en vano".