No es momento de improvisar, es necesario definir el modelo de ciudad antes de modificar el Plan General de Ordenación (PGO)". Con este aviso, el líder de la oposición municipal, Agustín Iglesias Caunedo, afronta la reunión que hoy sienta a la misma mesa a los tres grupos políticos que integran el Gobierno local (PSOE, Somos e IU) y a los dos que forman la oposición en el Ayuntamiento de Oviedo (PP y Ciudadanos). En esa primera aproximación, los grupos políticos con representación en la ciudad tratarán de fijar los criterios generales de cara a las condiciones de la asistencia técnica necesaria, ante el próximo inicio de la revisión del Plan General que rige el municipio.

Caunedo expresó ayer sus ideas a la hora de afrontar la remodelación del documento que marcará el futuro urbanístico de la ciudad. Y lo hizo en el colegio de arquitectos, reunido con varios de sus miembros, en un encuentro que no tuvo carácter público. "Necesitamos un modelo de ciudad. Debemos debatir, debemos aprobar el plan estratégico de Oviedo. Cuál es el futuro de la ciudad, el modelo de la ciudad, cuál es el modelo productivo de Oviedo, porque el Plan General de Ordenación es un instrumento de ordenación, pero previamente tenemos que definir cuál es la intención, cuál es el rumbo de la ciudad", afirmó Iglesias Caunedo una vez que se había visto con los arquitectos. "No es momento de improvisación ni de ocurrencias. Es un momento de debate sereno, calmado, en el que tenemos también que actualizar el Plan de Movilidad, que deber ser previo al PGO", aseguró el exalcalde. "Por eso pedimos que se ejecuten estos debates, que se desarrollen estos planes con seriedad, contando con participación ciudadana, generando consensos y generando espacios de diálogo, y que no se entre en una carrera para debatir o para modificar un Plan General en un momento que no es el oportuno."

Jornada intensa

La jornada de Caunedo fue ayer de cierta intensidad, pues a su encuentro con los arquitectos añadió otro con los representación de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVO) y un tercero con la Federación General de Asociaciones de Asturias (FGA), entre quienes estaba su flamante presidente, Ignacio Sal del Río. Escuchó las peticiones de y evitó comprometerse, sobre todo cuando le plantearon la polémica sobre la responsabilidad civil bajo los soportales de los edificios, uno de los caballos de batalla de la FAVO, que quiere que esta responsabilidad recaiga en el Ayuntamiento y no en las comunidades de propietarios.

A quienes no pudieron ver los vecinos fue al concejal de Economía, Rubén Rosón. Su caravana presupuestaria, la ronda de explicación de las cuentas municipales que le lleva de barrio en barrio, descarriló ayer sin previo aviso. La agenda municipal señalaba que tocaba cita en Vallobín y así se les comunicó a algunos de los dirigentes vecinales, que incluso liberaron la sala de las actividades habituales. Junto a un grupo de vecinos, aguardaban el vicepresidente de la FAVO, Modesto López y el edil de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, por IU. Pero faltaba el protagonista y a su vez convocante. Rosón no respondió a las llamadas que desde allí le hicieron y los dejó plantados, incluido a su compañero de gobierno, aunque no de partido.