Beatriz Tascón tenía 34 años cuando recibió su diagnóstico. Sufría artritis reumatoide, le dolían las manos y los pies, y se le inflamaban. No podía caminar ni trabajar, ni realizar las tareas cotidianas de una casa, ni siquiera ponerse un anillo en el dedo. Eso fue allá por el 2005. Quería quedarse embarazada, así que tuvo que retrasar el comienzo de su tratamiento. Lo inició dos meses después de dar a luz, porque era incompatible con la gestación y la lactancia. En algunos momentos, reconoció ayer, "no tenía fuerza para coger a mi bebé en brazos".

Ella es una de las pacientes que han pasado por la consulta de diagnóstico precoz de la artritis reumatoide del HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias). En junio de 2006, por fin, empezó con su medicación y a día de hoy solo refiere "dolores muy ocasionales o casi imperceptibles". Beatriz Tascón afrontó su enfermedad con "mucha positividad" y se deshace en agradecimientos a sus médicos.