María Mut de los Ríos, viuda del exitoso confitero ovetense Camilo de Blas, falleció anteayer en la ciudad a los 89 años de edad. Madrileña de nacimiento, estudió Magisterio y también Filosofía y Letras antes de conocer al conocido empresario de la repostería, con quien se trasladó a Oviedo y estuvo casada 52 años, hasta el fallecimiento de De Blas en el año 2002. El funeral por De los Ríos, que deja cuatro hijos, se celebrará hoy.

Sus hijos destacaron ayer su "sensatez" y su "coherencia" a la hora de afrontar la vida. Uno de ellos, José Juan de Blas, responsable actual de la conocida confitería, definió a su madre como una persona "muy sensata, muy coherente y con capacidad de gestionar las cosas sin perder el norte". "Tenía una paciencia y una tolerancia que le permitía ver las situaciones con aplomo y con seguridad para tomar las decisiones", abundó.

De los Ríos "hizo un gran esfuerzo" hace dos años por acudir a la redacción de LA NUEVA ESPAÑA junto a su hijo a recibir el premio "Asturiano del mes" con el que este periódico reconoció la trayectoria de la confitería creadora de los carbayones, uno de los dulces más universales de la región. "Ese día fue a responder defendiendo a la otra generación", señaló ayer José Juan de Blas, que añadió que "eso que se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer es muy cierto en este caso". De Blas continuó glosando la figura de su madre: "No perdía fácilmente los nervios. Era una persona que escuchaba y decidía con criterio", aseveró. De los Ríos nunca estuvo implicada de forma directa en el negocio, que llevaba su marido y sus hermanos. "Su parte fue atender a la familia, el apoyo fundamental que normalmente ofrece una madre", señaló su hijo.

La confitería ovetense es un símbolo de la repostería regional y nacional. El premio de este diario reconoció su buen hacer pastelero y su tesón y capacidad para mantener la esencia de un negocio que acumula 102 años de historia. A través del carbayón, además, la célebre confitería ha proyectado durante estos años Oviedo y Asturias a nivel nacional e internacional e incluso ha llamado la atención de reconocidos cineastas como el director norteamericano Woody Allen, que la incluyó en su película "Vicky Cristina Barcelona" (2008) como parte de las localizaciones que salen en la cinta del director hebreo de origen neoyorkino.