"Tan puntual como las corridas de toros, la lluvia, a lo largo del mes de junio, nos ha venido visitando puntualmente, a las siete de la tarde, después de la consabida concentración de nubes en el Naranco. 'Luvia a las siete', un buen título para la narración de un estado de exasperación y rápido abatimiento de las ansias veraniegas, tan cantadas en la propaganda comercial".