Los cardiólogos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) prevén implantar cada año cuatro o cinco "corazones artificiales", unos dispositivos de nueva generación que mediante un sistema rotor bombean sangre por el exterior del corazón. Están concebidos para pacientes muy graves que requieren un trasplante de corazón, pero que por diversas razones aún no pueden recibir un nuevo órgano. Las novedades de este sistema de asistencia ventricular radican en su larga duración y en su portabilidad (el paciente puede hacer una vida relativamente normal una vez que le ha sido implantado el equipo). El Servicio de Salud del Principado (Sespa) aprobará hoy la compra de estos aparatos, cuyo precio se sitúa en el entorno de los 90.000 euros cada uno.

"Cada vez disponemos de más experiencia con las asistencias ventriculares de larga duración, y los resultados son muy satisfactorios", explicaron ayer José Luis Lambert y Beatriz Díaz Molina, cardiólogos de la unidad de insuficiencia cardiaca del HUCA. Ellos son los responsables del seguimiento de los pacientes, antes y después de que se les dé una solución quirúrgica o un tratamiento de otra naturaleza.

Como informó ayer este periódico, los especialistas del complejo sanitario ovetense tienen programado iniciar los implantes de corazones artificiales de larga duración a comienzos del próximo otoño, en septiembre u octubre. Los doctores Lambert y Díaz Molina ya trabajan en la preselección de los pacientes adecuados. "El perfil adecuado es un paciente con una enfermedad cardiaca que, además, sufre algún problema en otra zona del organismo que debe ser curada y que impide hacerle un trasplante a corto plazo", explican. Los especialistas ponen como ejemplo el caso de un enfermo coronario que ha sufrido recientemente un cáncer, circunstancia que impide trasplantarlo, porque la acción de la medicación inmunosupresora (para evitar el rechazo) mermaría sus defensas y generaría un riesgo de que el tumor reapareciese.

"Por el momento no hemos ofertado la operación a nadie porque no podíamos ofrecer una solución de la que aún no disponíamos", señalaron José Luis Lambert y Beatriz Díaz Molina. Si, tal y como está previsto, hoy se aprueba la compra de los aparatos (la comisión debe elegir entre las ofertas de dos casas), el proceso se acelerará.

Las asistencias ventriculares de larga duración no tienen demasiada trayectoria en España debido a que el elevado número de trasplantes cardiacos que se realizaban no las hacían necesarias. Pero este ritmo trasplantador se ha reducido por causa de la menor disponibilidad de órganos donados. Los especialistas destacan que, gracias a los avances tecnológicos de los últimos años, éstos dispositivos garantizan "varios años" de funcionamiento, presentan un tamaño que los hace portables (las baterías permiten que el paciente disponga de dos horas y media de autonomía para moverse por la calle) y propician que entre siete y diez días después de la cirugía para implantarlo el enfermo pueda irse a casa.